El investigador danés Kenneth Haar realizó en 2018 un reporte en el que documentó las consecuencias -ya escandalosas desde aquella época- de la entrada incontrolada de Airbnb a ciudades europeas como París, Berlín, Barcelona o Ámsterdam; es decir, la llegada en masa de turistas a barrios históricos a los que hacían perder su encanto y autenticidad expulsando a vecinos y comerciantes locales incapaces de enfrentar la desmedida alza de las rentas. “No podrán hacerse los sorprendidos (en el gobierno de la Ciudad de México) cuando ese fenómeno se expanda más allá de la alcaldía Cuauhtémoc”, advierte Haar sobre el acuerdo que anunció Claudia Sheinbaum con la plataforma de hospedaje estadounidense para hacer que vengan a vivir a la capital mexicana miles de “nómadas digitales” extranjeros.
BRUSELAS, Bélgica.- El pasado 26 de octubre el gobierno de la Ciudad de México (CDMX) anunció un acuerdo con la empresa estadounidense de hospedaje en línea Airbnb para que decenas de miles de extranjeros que hacen teletrabajo se muden a vivir a la capital mexicana. Ese acuerdo, sin embargo, camina en sentido contrario a la tendencia global que es endurecer las reglas con las que opera dicha plataforma digital para así evitar un flujo masivo de turistas y proteger el acceso a la vivienda de los habitantes locales.
“En muchas ciudades europeas y de Estados Unidos las regulaciones (para la operación de) Airbnb se han ido apretando a la luz de los muchos problemas legales que hay con ella. La compañía ha incumplido hasta con las más tímidas leyes que se han establecido para resguardar el acceso de la población a un lugar dónde vivir”, explica a Underground Periodismo Internacional el investigador danés Kenneth Haar, quien forma parte de la organización no gubernamental Corporate Europe Observatory (CEO), con sede en Bruselas.
Haar es autor de un reporte publicado en 2018 en el que ya detallaba los impactos perniciosos del modelo de negocios de Airbnb en ciudades europeas como Barcelona, París, Berlín o Ámsterdam, y cómo sus actividades de cabildeo dentro de la Comisión Europea habían logrado detener las medidas que trataban de implementar los ayuntamientos o alcaldías de aquella región contra los abusos de la compañía.
Pero ahora, cuatro años después de aquel reporte, Haar explica que incluso la Comisión Europea ha presentado una proposición -a principios de noviembre y bajo la Ley de Servicios Digitales- para que Airbnb tenga que comunicar sus bases de datos a las autoridades locales, algo que éstas pedían sin éxito desde hace años. “Esta propuesta da mucho margen político a las ciudades (para controlar a Airbnb). El poder de los cabilderos de la plataforma es todavía muy significativo, pero ahora las voces de las grandes ciudades también importan”, menciona el experto danés, quien por eso considera que el acuerdo entre la CDMX y Airbnb -tal como lo anunció la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum– “es uno muy radical”.
Explica: “Según las perspectivas establecidas por el gobierno de la CDMX, si su plan tiene éxito habrá que esperar un flujo de miles de ciudadanos extranjeros, principalmente estadounidenses. Y ello tendrá evidentemente un impacto que cambiará el rostro de varias colonias de la capital. Ese acuerdo es para dar miedo (…) Nunca había visto uno que favoreciera tanto a Airbnb. Pareciera que el gobierno de la CDMX le sirvió el plato de comida a la compañía con ese acuerdo tan generoso”.
Sobre la participación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por su abreviación en inglés), Haar expresa su desconcierto: “Estoy sorprendido de ver a la UNESCO metida incorrectamente en este acuerdo. Se supone que está dedicada a apoyar la cultura y la educación, entonces ¿qué hace trabajando en favor de los intereses de una gran multinacional tecnológica estadounidense? De verdad no veo qué hace ahí”.
Durante la conferencia de prensa en la que fue anunciada tal alianza, la secretaria de turismo de la ciudad, Nathalie Desplas, reconoció que se ignora cuántos “nómadas digitales” ya han llegado a la urbe, pero que la idea es atraer, a partir de este acuerdo, a unos 80,000 al año. Y además de las colonias en donde ya se concentra esta población -Roma, Condesa, Polanco o Juárez en la alcaldía Cuauhtémoc– se busca expandir su presencia en alcaldías como Xochimilco, Venustiano Carranza o Gustavo A. Madero, de acuerdo con lo dicho en el mismo evento por Ángel Terral, el director general de Airbnb México.
Haar explica que dos de las anomalías más grandes que genera el modelo de negocios de Airbnb son, por un lado, el despojo al mercado local de viviendas para los habitantes fijos, las cuales convierte prácticamente en hoteles; y por otro, la llegada masiva de turistas extranjeros que destruye las características específicas de áreas enteras en las que, por ejemplo, los comercios de barrio quiebran al no poder enfrentar el exagerado incremento de las rentas y son reemplazados por tiendas caras que sólo llenan las necesidades de la nueva población flotante.
Cuando Haar publicó su reporte en 2018, los datos ya indicaban que en prácticamente todas las ciudades europeas donde opera la compañía se podía rentar en su mayoría casas o departamentos completos (el 50% en Berlín, el 79.5% en Ámsterdam o el 86.9% en París) que se ponían a disposición durante muchos meses al año (el 58.8% en Londres, el 63.9% en Barcelona o el 91% en Atenas o Roma).
Las informaciones disponibles también arrojaban ya en aquella época que en Europa muchos “anfitriones” -que en el origen de la compañía se trataba de pequeños propietarios buscando un ingreso extra alojando en su domicilio a turistas- en realidad son en gran medida empresarios que poseen múltiples inmuebles y hacen jugosos negocios a través de Airbnb.
Es un caso revelador que el ayuntamiento de Berlín haya logrado reintroducir al mercado local más de 8,000 departamentos después de que congeló en mayo de 2016 el número de permisos de renta para periodos cortos y de que obligara a los “anfitriones”, en marzo de 2018, a sacar un permiso oficial y a mostrar en el portal su número de registro, además de que limitó a tres meses el tiempo máximo de uso turístico comercial para las residencias secundarias.
Las más recientes cifras de la Ciudad de México (22 de septiembre) no son para nada tranquilizadoras: el 61.5% de las reservaciones en Airbnb en la capital del país corresponde a casas o departamentos enteros y el 97.7% se destina a estancias cortas (no más de una semana), en tanto que el 63.8% del total de la oferta pertenece a empresarios con múltiples viviendas para rentar, lo que favorece la especulación: por ejemplo, uno de ellos, inscrito bajo el nombre “Mr. W”, es dueño de 207; otro, “Homi”, de 109, y “Raquel” de 100.
La fuente de esa información es Inside Airbnb, un portal de investigación creado en 2016 por el activista australiano-estadounidense Murray Cox y que hace públicos datos extraídos (scraping) por internet a la plataforma. Y hay una razón para que así tenga que hacerse.
Haar explica en su reporte y en la entrevista con Underground que una de las batallas legales más difíciles contra la empresa de hospedaje ha sido la de obligarla a entregar a las autoridades la información necesaria para que éstas puedan medir la verdadera dimensión del llamado “efecto Airbnb” en el aumento de las rentas y el desequilibrio en el mercado de la vivienda.
Un ejemplo de la importancia que tienen esos datos es lo que ocurrió en Nueva York cuando en 2010 la empresa tuvo que proporcionar por orden judicial información sobre los “grandes anfitriones” que tenía registrados en su plataforma local: la fiscalía neoyorquina descubrió así que hasta 72% de las reservaciones en su sistema se había realizado violando la ley y que de esa manera “usuarios comerciales” estaban generando millones de dólares.
Sheinbaum afirmó, sin embargo, que su gobierno no tiene conocimiento de que las rentas se disparen a causa de Airbnb, pero lo dijo sin sustento estadístico alguno, ya que también reconoció en la rueda de prensa del 26 de octubre que “hace falta hacer un estudio para ver el impacto”.
“Los aspectos negativos están comprobados y no hay controversia alguna”, comenta Haar, quien ha viajado varias veces a la CDMX y conoce la zona ya altamente gentrificada del corredor Roma-Condesa. “Esos efectos -continúa- se pueden ver en muchos barrios de ciudades europeas, por lo que el gobierno de la capital mexicana no puede decir que eso no va a suceder en los suyos. Si promueves la entrada de miles y miles de estos trabajadores extranjeros (bajo este acuerdo con Airbnb), pasará en otras zonas lo mismo que ya sucede en la alcaldía Cuauhtémoc. El Zócalo no dejará de ser el Zócalo, pero sí las áreas que lo rodean”.
Y es fácil que dicho escenario se materialice, analiza el experto danés, “porque ahí hay barrios muy atractivos para ellos. Y este acuerdo lo que hace es facilitar que tomen un vuelo desde algún lugar de Estados Unidos a la CDMX y que renten un departamento… todo con el apoyo del gobierno capitalino. Mucho me temo que podrían pasar demasiados años antes de que cualquier acción política se tome para regular el fenómeno (que provocará este acuerdo)”. Haar explica que bastan 6 meses para comenzar a padecer los impactos que tendrá el acuerdo.
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