BERLÍN, Alemania.- El jueves 23 de mayo la Policía de Berlín ingresó al edificio de Ciencias Sociales de la Universidad Humboldt para desalojar a un grupo de estudiantes que se había atrincherado en un salón en el contexto de las manifestaciones pro Palestina que desde hace semanas tienen lugar en universidades de la capital alemana. El periodista mexicano Ignacio Rosaslanda cubría los sucesos para su diario, el Berliner Zeitung, cuando fue atacado por un elemento de la policía, quien luego de darle dos puñetazos en el rostro lo derrumbó, lo inmovilizó colcando su rodilla sobre la espalda del informador cuando menos por media hora y lo esposó. A pesar de identificarse como miembro de la prensa la agresión no cesó. El argumento aparente es que el periodista se encontraba en un lugar en donde no tenía permitido estar.
La agresión resulta totalmente inaceptable y se encuentra fuera de toda legalidad, toda vez que el documento que rige el comportamiento de la prensa y la policía en Alemania, justamente para evitar obstrucciones en el cumplimiento de las funciones policiales y el libre ejercicio de informar, establece que “fotografiar y filmar operaciones policiales no está sujeto a ninguna restricción legal”.
Los principios que rigen el actual de la prensa y policía, adoptados por la Conferencia de Ministros del Interior el 26 de noviembre de 1993 y por el Consejo Alemán de la Prensa, además de las asociaciones de editores, periódicos y revistas, ARD, ZDF, la Asociación de Radiodifusión Privada y Telecomunicaciones, establece también que “filmar y fotografiar a varios policías o a agentes de la policía suele estar permitida durante operaciones de gran notoriedad”.
La propia policía de Berlín informó que ya se abrió una investigación en contra de dos elementos de su agrupación por la sospecha de agresión en acto de servicio durante la evacuación del edificio ocupado en la Universidad Humbolt.
Ignacio Rosaslanda compartió su testimonio con Underground Periodismo Internacional y aquí lo presentamos en formato de podcast para nuestras lectoras y lectores.