Las autoridades noruegas llevaron a cabo una operación contra el tráfico de cocaína en el puerto de Husnes, al oeste del país, en el momento en que un grupo de buzos especializados intentaba recuperar un cargamento de droga oculto en el casco de un buque mercante procedente de Brasil y de nombre Nordloire. La información fue difundida por el periódico británico The Times el 16 de octubre pasado.
Según el reporte, seis personas -cinco hombres y una mujer, todos de nacionalidad albanesa- fueron detenidas tras ser sorprendidas por la policía noruega mientras realizaban maniobras submarinas alrededor de un barco de carga. Los sospechosos empleaban trajes de neopreno, linternas sumergibles y herramientas especializadas para acceder a una válvula de admisión de agua del casco, conocida como sea chest, donde se encontraba la droga, que fue rastreada gracias al uso de dispositivos de rastreo Apple AirTag.
La escena, digna de una película de espionaje, fue descubierta por las autoridades noruegas tras semanas de vigilancia.
El cargamento consistía en más de 150 kilogramos de cocaína, embalados y sellados al vacío, con un valor estimado superior a 15 millones de euros en el mercado europeo. El método empleado corresponde a una técnica denominada parasite smuggling, utilizada para esconder drogas en compartimentos o estructuras externas de buques comerciales sin conocimiento de la tripulación.
De acuerdo con The Times, el buque había zarpado desde un puerto brasileño, lo que confirma el origen latinoamericano del estupefaciente. Sin embargo, las autoridades no han establecido una conexión directa entre el envío y organizaciones criminales específicas, como los cárteles mexicanos.
Las investigaciones apuntan a que el grupo detenido pertenece a una red albanesa de tráfico de drogas, con ramificaciones en distintos países europeos. Estas redes operan como intermediarias entre productores latinoamericanos y distribuidores del continente, facilitando el ingreso de cocaína a través de rutas marítimas cada vez más sofisticadas.
El caso de Husnes ha llamado la atención por el nivel técnico del procedimiento y el uso de personal con entrenamiento profesional en buceo. Fuentes citadas por The Times indicaron que algunas de estas redes reclutan exmilitares o buzos profesionales para ejecutar la extracción de los cargamentos en puertos de destino, reduciendo así los riesgos de detección dentro de la cadena logística oficial usando contenedores.
El hallazgo en Noruega forma parte de un patrón creciente de tráfico marítimo encubierto en el norte de Europa. En los últimos años, países como Bélgica, los Países Bajos y Alemania han reportado decomisos similares, donde los narcotraficantes utilizan barcos comerciales legítimos como medio de transporte, ocultando las drogas en cavidades técnicas o estructuras externas.
Las autoridades noruegas mantienen abierta la investigación y colaboran con Europol y con agencias de control marítimo de otros países para determinar el origen exacto del cargamento y las conexiones internacionales de la red albanesa involucrada. Hasta el momento, los seis detenidos permanecen bajo custodia preventiva, a la espera de proceso judicial.
Editor: Marco Appel
