Cárteles mexicanos replican su modelo en Kenia: experto local

La entrada de los cárteles de la droga mexicanos apunta a una mayor capacidad de fabricación de drogas sintéticas en África Oriental, señala Valtino Omolo
Estructura metálica del laboratorio clandestino desmantelado en Namanga, Kenia, en octubre de 2024. Foto: Policía Nacional de Kenia

Un laboratorio clandestino ubicado en Namanga, frontera de Kenia con Tanzania, puso al descubierto la expansión global del modelo del crimen organizado mexicano. En octubre de 2024, la Unidad Antinarcóticos detuvo a tres kenianos, dos nigerianos y un mexicano vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) por operar ese centro de producción de metanfetamina, señaló el periodista Valtino Omolo en el portal africano ENACT Observer.

Ese canal de información es parte de un programa financiado por la Unión Europea y es coordinado por el Institute for Security Studies, con sede en Pretoria, Sudáfrica. Publica análisis relacionados al crimen organizado trasnacional en África.

Omolo es también especialista en seguridad y narcotráfico en África oriental dentro del ENACT (Enhancing Africa´s capacity to respond to trasnational organised crime) y trabaja en Nairobi, la capital keniana.

En su artículo, publicado el pasado 21 de julio, afirma que la presencia del mexicano detenido era más que circunstancial: fungía como instructor técnico de producción de metanfetamina. Omolo cita a Jason Eligh, experto en mercados ilícitos de la Global Initiative against Transnational Organized Crime, quien explicó a la revista African Defense Forum que el detenido mexicano impartía los métodos operativos del CJNG, enseñando la producción a nivel local, replicando en África un modelo que ya domina en América Latina.

Los químicos incautados —metilamina, fenilacetona, ácido tartárico, tolueno, entre otros—, aunque de uso industrial legítimo, fueron desviados para la manufactura del estupefaciente, escribe Omolo. Su origen en India -dice- evidencia una cadena logística transcontinental: Asia como proveedor y África como nuevo campo de reproducción del narcotráfico global.

Kenia fue elegida por su valor estratégico, asevera el especialista. Expone que Namanga se ubica en una ruta tradicional de contrabando que conduce hacia los puertos de Mombasa y Dar es Salaam, y desde allí hacia Uganda, Ruanda y Sudán del Sur. Esa posición logística fue aprovechada para instalar el laboratorio y desplegar redes criminales con conocimiento técnico mexicano.

Este caso representa un cambio de paradigma: los cárteles mexicanos ya no solo exportan droga, sino estructuras criminales, capacidades técnicas y modelos operativos, adaptando el modelo CJNG a contextos vulnerables. Kenia, enfrentando un alza en el consumo de drogas sintéticas, ahora lidia con un narcotráfico global entrenado y dirigido desde Latinoamérica, advierte Omolo.

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