Con granja, franceses detonarán el negocio de insectos en México

La europea Ÿnsect cuenta con apoyo financiero y de regulación para ir por un mercado global de 17,600 mdd en 2030; la sede de la instalación se sabrá a fin de año. Underground reproduce el reportaje publicado en Milenio Diario.
Foto de analuisa gamboa en Unsplash

BRUSELAS, Bélgica.- La transnacional francesa Ÿnsect instalará en México una granja de insectos comestibles en asociación con el Corporativo Kosmos, gigante mexicano de servicios de alimentación para comedores de gobierno, con el que aprovechará el boom mundial de estas proteínas, y de paso, los productores mexicanos esperan que detone el mercado local que hasta ahora no se ha tomado en serio.

Ÿnsect, establecida cerca de París e impulsada por el gobierno francés, decidió instalarse en México al ser el país de mayor consumo de insectos y la mayor variedad global de bichos.

La granja, cuya ubicación se determinará a finales de 2023, ofrecerá a los galos proximidad con Estados Unidos, que aseguran “será en el futuro el mayor mercado” para ese producto.

“Vienen con todo”, expuso a MILENIO la bióloga Ivonne Márquez, cofundadora de OptiProt, una firma mexicana de Cuernavaca, Morelos, que desde 2016 cría y comercializa larvas enteras y en polvo de tenebrio molitor, mejor conocido como “gusano de harina”.

El gusano lo vende entero como botana enchilada o complemento nutricional y en polvo como ingrediente para licuados, galletas o croquetas.

Márquez —quien dice haber ya conversado con Antoine Hubert, director ejecutivo de Ÿnsect— confía en que su llegada ayude a impulsar la incipiente y descuidada industria mexicana de los insectos. Aunque tampoco esconde su temor a que impongan sus condiciones y terminen aplastándolos dado el enorme desequilibrio de fuerzas entre ellos.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés), los insectos son parte de la dieta regular de 2 mil 500 millones de personas en el mundo. No así de los europeos.

Un reciente sondeo de la Organización Europea de Consumidores arrojó que no más de 10 por ciento de los habitantes de esa región están dispuestos a intentar comer insectos enteros para sustituir su consumo de carne, y apenas el doble probaría alimentos cocinados con ellos si son usados como harina.

A pesar de eso, la Unión Europea estableció políticas regionales estratégicas y de largo plazo para garantizar su seguridad alimentaria, reducir radicalmente la huella ambiental y los enormes costos en recursos naturales que genera el consumo de carne. La cría de insectos comestibles forma parte de ello.

Es así que desde hace algunos años se mueven en Europa cantidades millonarias de subvenciones y capitales privados para desarrollar empresas criadoras de insectos que puedan competir con sus pares estadunidenses y del sudeste asiático, donde existe como en México el consumo tradicional de estos.

Galletas saladas de la marca belga Yuma con 3% de harina de grillo. Foto: Yuma

Política pública

En enero de 2018 entró en vigor el reglamento que regula la autorización y la comercialización en el mercado europeo de los llamados “nuevos alimentos”, incluidos los insectos. Desde entonces aprobaron en diversas presentaciones el consumo humano del gusano amarillo de harina, la langosta, el grillo doméstico y las larvas del gusano.

Las proyecciones de crecimiento de este nicho de los también llamados “superalimentos del mañana” son impresionantes.

La Plataforma Internacional para la Alimentación Humana y Animal (IPIFF, por sus siglas en inglés) estima que, sólo en el mercado europeo, la producción anual pasará de las 500 toneladas actuales a unas 260 mil toneladas en 2030. Ello para satisfacer a 390 millones de nuevos consumidores europeos que, según ese organismo, demandarán hamburguesas, salchichas, barras energéticas, pasta, pan, botanas o galletas hechos con grillos, gusanos y otros insectos y sus derivados.

A escala internacional las cifras varían mucho: se calcula que el valor del mercado en 2022 de insectos para consumo humano y animal fue entre mil 500 a 3 mil 200 millones de dólares, y que, visto conservadoramente por el Banco Mundial, en 2032 alcanzará 8 mil millones, aunque hay consultoras como Statista que elevan ese monto a 17 mil 600 millones.

“Europa está demostrando ser líder mundial en este campo, mucho más competitiva que Asia, África y Latinoamérica”, comentó en noviembre pasado el cofundador de Ÿnsect, Antoine Hubert, a la revista belga The Parliament.

“A pesar de ser regiones con una larga tradición en la cría de insectos, en su mayoría dependen sólo de pequeñas empresas, mientras que Europa amplia su negocio y cuenta con una sólida base industrial, planes de financiación como Horizonte Europa (programa europeo de investigación ), nuevas herramientas reguladoras y una red de seguridad en los derechos de propiedad intelectual (de procesos y productos)”, explicó.

MILENIO solicitó entrevista a Ÿnsect, pero al cierre de esta edición no llegó respuesta.

Granja vertical de Ÿnsect en Francia. Foto: Ÿnsect.

Compañía parisina

Ÿnsect se presenta a sí misma como líder internacional en la producción de proteína de gusano de harina y dirige desde Bruselas el organismo de cabildeo de la industria a escala mundial (el IPIFF).

Su planta de Dole, al este de Francia, es la “granja vertical” más grande del mundo, que será superada por la que construye en Amiens, al norte.

En la más reciente ronda de financiamiento, Ÿnsect obtuvo 625 mdd, y apenas en marzo de 2022 adquirió una planta de producción en Nebraska, Estados Unidos, donde tiene un acuerdo de producción con Aerden Mills para procesar escarabajos y obtener 50 mil toneladas de ingredientes, con una inversión de 100 mdd.

México es su siguiente aventura fuera de las fronteras europeas, y se prevé que será cerca de la Ciudad de México donde se establezcan.

Su negocio está enfocado en la venta de alimento para animales –ganado, aves, peces y mascotas– y en fertilizante. Sin embargo, invierte cada vez más tiempo y energía al desarrollo de su línea de comida para humanos y mascotas, donde hay mayor margen de ganancia.

“Hoy estamos centrados en donde el valor y los ingresos son mayores, y donde las huellas climáticas y de biodiversidad son mejores. La alimentación animal es un buen mercado, pero lleva más tiempo conseguir un impacto financiero y económico positivo”, dijo Hubert a Fortune el pasado 17 de abril.

“Vamos a ver que muchos países sin tantos insectos como el nuestro están obteniendo grandes ganancias con este tipo de alimentos. Cuando (el gobierno de) México se dé cuenta de que es un buen negocio, y quiera hacer algo, verá que estamos muy rezagados”, afirmó a MILENIO René Cerritos, el especialista, biólogo e investigador de la UNAM.


Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), México cuenta con un tercio (549) de las mil 681 especies de insectos del planeta, aptas para consumo humano.

Es en este nicho que se concentran las pocas empresas mexicanas que existen en el mercado para insectos. Cerritos recalcó que es “absurdo” que no haya una industria mexicana de insectos, algo con lo que coinciden los empresarios consultados por MILENIO pues explican, existe un desdén hacia el sector.

Para los productores nacionales ni Sader, la Secretaría de Medio Ambiente o los legisladores, se han preocupado por este mercado, ya que ni siquiera se emiten regulaciones que fijen condiciones de crianza, comercialización y distribución de los productos con base en insectos para avalar a los que son seguros para el consumidor y así dinamizar el negocio, pero desde México.

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