Minerva
Callada, sumisa y abnegada

Por: Yetlaneci Alcaraz y Marco Appel

A Minerva* le tomó tiempo dejar de referirse a la persona con la que pensaba casarse con insultos o calificativos peyorativos. Aún se encuentra bajo terapia psicológica, a pesar de que ya no ve al hombre que tanto la despreció y del que huyó un día de septiembre de 2020, cuando abandonó el domicilio que compartía con él en Bélgica para nunca más regresar.

Parte de su cura emocional es anotar en un cuaderno las cosas positivas que le ocurren día con día. “Es mi tarea”, comenta con humor desde el departamento en el que vive en la Ciudad de México. La yoga y la meditación también son prácticas que le permiten sentirse “conforme” con quien es: una mujer de 47 años, independiente, cantante de ópera y víctima de violencia conyugal que lucha por recuperarse.

Ya estando en México le diagnosticaron cáncer en ambos senos. El tratamiento que recibe la tiene fatigada, pero ella comenta que le está funcionando porque su cabello volvió a crecer y eso la pone muy contenta.

Recuerda que descubrió que algo andaba mal con su salud un día cuando, estando aún en Bélgica, pasó la mano por su cabeza y un tupido mechón de cabellos negros se desprendió. Quedó muda.

Conforme avanza en el relato de ese episodio, Minerva se va resquebrajando hasta terminar en un llanto frágilmente contenido. Ella se había metido a bañar tras haberse reconciliado con su prometido después de una fuerte discusión la noche anterior. Aterrada, gritó en la ducha que necesitaba ayuda. La respuesta del hombre fue molestarse porque tenía que llevarla de urgencia al médico y ya no podrían tener relaciones sexuales como él quería.

Ella, en cambio, esperaba que la reconfortara, pero lo que hizo fue quejarse de que la seguridad social no le reembolsaría los 24 euros que costó la consulta y de lo mucho que debió pagar por el tónico capilar que tuvo que comprarle.

Minerva se volvió a tragar la humillación, que no era la primera pero sí sería la última. Para ese momento, ella ya había decidido escapar de esos tratos indignos. Sólo quedaban dos días para llevar a cabo el plan. Lo mejor fue fingir durante 48 horas que todo estaba bien.

Su historia de amor comenzó, literalmente, entre nubes. Lo conoció en 2018 durante un vuelo trasatlántico de más de 10 horas desde Alemania hasta México. Wim**, un cincuentón procedente de un pequeño pueblo al norte de Bélgica, divorciado y con un buen trabajo en una empresa, viajaba a Puebla a visitar a varios músicos mexicanos que había conocido en un festival en Francia.

“Él se puso muy sentimental. No sabía si quedarse o no en México en un futuro cercano. Se le querían salir las lágrimas y le di una palmadita en el brazo para reconfortarlo. Nos bajamos del avión y me plantó un beso. Me agradó y le di mi teléfono”, cuenta ella sobre aquel primer encuentro. A partir de entonces iniciaron una relación a distancia: él la visitaba en la Ciudad de México y ella en Europa.

Minerva

Las primeras señales de alerta aparecieron durante unas vacaciones en Europa que realizó Minerva junto con sus padres y a las que él se unió. Se irritaba con facilidad, todos tenían que soportar sus desplantes y comenzó a manifestar crisis de celos. “Para mí eran pataletas de niño chiquito y pensaba: ‘lo que tiene este hombre es que tiene cinco años divorciado y necesita atención’ o ‘seguramente está muy estresado porque están mis papás y no podemos tener sexo’. Siempre traté de justificar su actitud”, comenta.

Y es que el sexo y el dinero eran tan obsesivos para Wim que no le importaba ponerlos por encima del respeto a su futura esposa a un grado vejatorio. Un ejemplo de esa conducta la marcó mucho. Ocurrió en la Nochebuena de 2019 en México, cuando ella se negó a tener relaciones sexuales con Wim porque sufría de una miocardiopatía por estrés -afección conocida popularmente como Síndrome del corazón roto- que la obligaba a evitar esfuerzos físicos. Él se enojó y la dejó sola porque prefirió irse a Puebla con sus amigos músicos.

Minerva fue abusada sexualmente de niña por un familiar y luego de joven por un tipo que en varias ocasiones la atacó físicamente y amenazó con matar a sus seres queridos si lo denunciaba, así que las actitudes machistas de Wim -que conocía ese terrible pasado- tenían un efecto aún más devastador sobre la mexicana. Cuando a veces ella se quejaba de sus gestos vulgares y le pedía muestras de cariño, él le contestaba que “no tenía la culpa” de aquellas violaciones.

“Un niño abusado crece con la autoestima lastimada o anulada, por lo que uno se siente como una basura que no merece lo mejor del mundo (...) Por eso necesitaba que Wim fuera más dulce conmigo”, explica.

Wim pidió la mano de Minerva en 2020 en México. “Se hincó (ante mis padres), lloró y les dijo que los amaba”, recuerda ella todavía sorprendida. Pero días después se fue a Puebla con sus amigos músicos y desapareció. Como no contestó el teléfono durante varios días, ella incluso pensó que se había regresado a Bélgica sin avisar. El día que finalmente le tomó la llamada fue para confesarle que estaba en Puebla con otra mujer que conocía desde hace tiempo. Le pidió que lo perdonara y ella cedió. “Pensé que una vez casados en Bélgica las cosas se arreglarían”, dice mientras suspira.

Con el compromiso matrimonial en pie, Minerva se estableció los últimos días de agosto de 2020 en el departamento de su futuro marido, ubicado en un pequeño pueblo del este de Bélgica, cerca de la ciudad de Lieja. Llegó con un permiso migratorio temporal, condicionado a que se casara con su novio belga. Era la única mexicana de la comunidad y difícilmente podía comunicarse con alguien más al no entender ni poder hablar el neerlandés.

Ya en Bélgica empeoró la manera en que Wim la trataba: controlaba sus llamadas telefónicas, se burlaba de su cuerpo, la regañaba por aspectos de su manera de ser que no le gustaban y le compraba los productos de gama baja que ella necesitaba. A la par aumentaron la violencia verbal y las exigencias sexuales que a ella le incomodaban al considerarlas obscenas.

Tras sus arranques de enfado le dejaba de hablar durante días o experimentaba también cambios extremos de humor que lo llevaban sin transición del insulto al halago. Minerva llegó a pensar que Wim sufría de algún trastorno emocional, pero él le decía que ella tenía que entender que así era su personalidad y por eso necesitaba una “mujer fuerte”.

El hombre creía que Minerva había renunciado en México al trabajo estable que tenía desde hacía una década como cantante en un coro de cámara profesional. Ella lo había intentado, pero su jefe -premonitorio- insistió en mejor concederle un permiso para ausentarse un año. Wim pensaba que tampoco tenía una línea belga con internet en su viejo celular porque jamás cumplió su promesa de comprarle un teléfono nuevo con ese servicio. Pero la mexicana contrató un acceso a internet internacional con dinero de sus ahorros y nunca se lo dijo.

Minerva

El final de su relación se precipitó el día que Wim recibió una llamada de su amante en México mientras veía la televisión con Minerva. Sin querer, él activó el altavoz del aparato y se escuchó el saludo amoroso de la mujer. Su reacción fue patear a Minerva para que se levantara del sillón y se fuera, lo que ella hizo fingiendo no enterarse de nada.

Cuando días después se lo reclamó, el hombre estalló en cólera: “¿Y qué quieres hacer?, ¡yo no te traje!”, relata que Wim le gritaba. “¿Cómo que no me trajiste? ¡Tú le pediste mi mano a mis papás! ¡Tú pagaste el boleto del avión!”, respondía desesperada. La discusión subió de tono: “¡Pero tú quisiste venir!”. “¡Pero tú me pediste matrimonio y por eso estoy aquí!”, reviró. “¡Pues entonces te puedes ir!, ¡lárgate en este momento!”, ordenó él.

Minerva confiesa que en ese momento pensó que vendría una agresión física y por su cabeza atravesó la idea de correr a la cocina y tomar un cuchillo para defenderse. Pero mejor corrió a un cuarto y se encerró. Él la siguió. Golpeaba la puerta “como loco” y le ordenaba a gritos que abriera. “Estaba temblando y juraba que me golpearía”, dice en la entrevista.

Era de noche y todo estaba cerrado en el pueblo. No sabía cómo moverse en transporte público porque no hablaba el idioma y, de cualquier forma, no tenía a dónde ir. “¡Cuando amanezca no quiero que estés aquí!”, fue la última advertencia de Wim.

Minerva

Minerva pasó toda la noche en vela. Llamó a su familia en México y a sus amigos en Alemania y Holanda, y dio con una página en Facebook de la comunidad mexicana en Bélgica. La administradora, Teresa*, escuchó su historia y entre ambas acordaron que Minerva tenía que tomar sus maletas y huir porque su situación era peligrosa. Y es que el feminicidio de la mexicana Berenice Osorio, cometido en 2018 en la misma región de Bélgica, aún estaba fresco en la memoria de muchas mexicanas en Europa.

El esposo de Teresa pasó por Minerva tres días después, a una hora en que Wim estaba en el trabajo y luego del episodio del mechón de cabellos que anunciaba su enfermedad. La subió a un tren con destino a Alemania, en donde conocidos suyos ya la esperaban.

El día que huyó, ella estaba tan nerviosa que ni desayunó. Sólo le dejó a Wim dos cartas y un mensaje de celular explicando su decisión. En el automóvil rumbo al tren le preguntó al esposo de Teresa si estaba actuando correctamente. “Sí -le respondió-, estás haciendo muy bien porque en cualquier momento el tipo podría matarte”.

Wim trató de llamarla pero no le contestó. Él le mandó un mensaje de audio, que escuchó posteriormente, en el que le decía: “No quiero que peleemos. Sólo quiero saber que estás bien”. Lo único que sabe Minerva de él es que se casó con la mexicana con la que la engañaba casi desde el principio de su relación y quien era pareja de uno de los amigos músicos de Wim.

Fueron las tres peores semanas de toda su vida, asegura la mexicana. “Me quería callada, sumisa y abnegada”.

Información útil

¿A dónde acudir en caso de violencia conyugal?

En España el Ministerio de Igualdad ofrece una página donde está toda la información relacionada a qué hacer si alguien es víctima de “violencia de género”. Las víctimas de violencia conyugal en particular pueden también encontrar ahí todos los contactos de apoyo. La página dispone de un botón de “salida rápida” para mayor seguridad:

https://violenciagenero.igualdad.gob.es/informacionUtil/recursos/telefono016/home.htm

En Francia, el ministerio del Interior ofrece en internet toda la información necesaria para actuar y proceder legalmente en caso de violencia conyugal. Aquí se pueden descargar igualmente todos los documentos que se tienen que llenar y presentar a la autoridad:

https://www.demarches.interieur.gouv.fr/particuliers/violence-conjugale

Línea permanente para las mujeres víctimas de violencia (Violence Femmes Info): 3919

En Alemania, el Hilfetelefon es la línea de ayuda gratuita que pone a disposición de la población el gobierno alemán y lo hace en varios idiomas, incluyendo el español. Cuenta con una página informativa muy completa que se puede encontrar también en nuestro idioma.

Teléfono: 08000 116016
https://www.hilfetelefon.de/es/asesoria-para-mujeres.html

Las agresiones físicas pero también las psicológicas se pueden denunciar ante la Policía al número 110

En Bélgica existen varios organismos de apoyo contra la violencia conyugal.
Por ejemplo, el Centre de Prévention des Violences Conjugales et Familiales ofrece varios servicios, entre ellos: línea de escucha telefónica, refugio, ayuda administrativa y social.

Teléfono: 02.539 27 44
[email protected]
[email protected]
www.cpvcf.org

Collectif contre les violences familiales (Lieja)
(Colectivo contra las violencias familiares)

Teléfono: 04.223 45 67
[email protected]
www.cvfe.be

Collectif des femmes
(Colectivo de mujeres)

010.47 47 69 (posibilidad en español)
[email protected]

Línea de escucha de la región valona (francófona): 0800 30 030
Línea de escucha de la región flamenca (neerlandesa): 1712
Para una situación que requiere una intervención de la policía: 101
Para una emergencia médica: 112

Para una lista de contactos más detallada en la región valona (francófona), Amnistía Internacional Bélgica ofrece la siguiente:

https://www.amnesty.be/campagne/droits-femmes/les-violences-conjugales/contacts-utiles-violences-conjugales

UNIÓN EUROPEA

Womens Against Violence Europe (WAVE) ofrece en línea una lista de contactos de ayuda para mujeres de 46 países europeos, incluso a nivel regional:
https://wave-network.org/find-help/

¿Cómo reconozco que soy víctima de violencia por parte de mi pareja?

De acuerdo con el Violentómetro, elaborado por el Instituto Politécnico Nacional, puedes ser víctima de una relación violenta, en un primer grado, si tu pareja:

  • Te hace bromas hirientes
  • Te engaña
  • Te chantajea
  • Te ignora o te aplica la ley del hielo
  • Te cela
  • Te espía en redes sociales
  • Te culpabiliza y descalifica
  • Te humilla en público

El siguiente grado de violencia en donde tienes que comenzar actuar es cuando tu pareja:

  • Te controla (el dinero, tus correos, tu celular, tus redes sociales) y comienza a prohibirte (amistades, la forma como te arreglas o vistes, los lugares a donde acudes).
  • Destruye tus artículos personales.
  • Te manosea y te hace caricias agresivas.
  • Te golpea “jugando”.
  • Te empuja, jalonea o patea.
  • Te encierra o aisla

El siguiente grado es cuando tienes que salir definitivamente de esa relación y pedir ayuda profesional. Y esto es si tu pareja:

  • Te hace “sextorsión” que es cuando te chantajea con difundir contenido íntimo si no accedes a lo solicitado.
  • Te amenaza con objetos o armas.
  • Te amenaza de muerte.
  • Te forza a mantener relaciones sexuales
  • Te viola
  • Te mutila.

La violencia última y más grave es el feminicidio.

¿Qué hacer si mi pareja me agrede física o psicológicamente en un país que no es el mío?

La Secretaría de Relaciones Exteriores y las abogadas consultadas para esta investigación (Isabel Fernández de Castillejo y Marta Matkowska) recomiendan como primeros pasos los siguientes:

  • Acudir a la policía a levantar una denuncia y mostrar todas las pruebas que sustenten la violencia. Se recomienda consultar a un médico que certifique por escrito las lesiones o daños infligidos así como hacer fotografías de éstos.
  • Entrar en contacto con algún organismo o asociación del país donde viva la víctima que dé apoyo psicológico, social o legal.
  • Buscar asesoría jurídica, cuyos costos usualmente debe asumir la víctima, aunque existen algunos servicios locales que la ofrecen gratuitamente.
  • Una vez que la víctima tiene un abogado, éste puede solicitar al juez una orden de protección, incluso si la víctima no vive en el mismo domicilio que el agresor.

Por otro lado, la abogada Isabel Fernández de Castillejo explica que como en muchos juzgados no se habla español, lo mejor para que una víctima que no domina la lengua del país no se presente en desventaja es que se haga acompañar a las reuniones y audiencias por alguna amistad que sí lo hable correctamente.

Por su parte, la abogada Marta Matkowska, recomienda buscar una asociación que pueda apoyar con las traducciones de los documentos legales, que ya de por sí son generalmente difíciles de comprender en la lengua natal para cualquier persona. Y sobre todo, aconseja tomar un buen abogado y no porque hable español nada más. Tiene que ser uno que conozca a fondo la legislación familiar y que sea empático con la víctima.

Para mayor información, consultar las recomendaciones que da la sección consular de México en Francia, que pueden aplicarse en otros países europeos: https://consulmex.sre.gob.mx/francia/index.php/es/proteccion-a-mexicanos/2-consulado/198-violencia-de-genero

¿Cuáles son las señales de que mi familiar puede ser víctima de violencia conyugal?

La mayoría de las señales pueden estar escondidas en las conversaciones que las mexicanas suelen tener con sus familias y amigos de México por internet.

La madre de Berenice Osorio, María de Viana, recomienda escuchar con mucha atención y fijarse en el comportamiento del familiar. Por ejemplo, ella notó que su hija comenzó a molestarse más y más cuando le preguntaba si estaba bien o tenía algún problema.

Otro detalle, que hoy reconoce como una prueba del control que el hombre ejercía sobre su hija, es que siempre él estaba presente en las videoconferencias, cerca o lejos pero en el mismo cuarto.

La psicóloga Mariana Alba de Luna señala que hay que estudiar el aspecto físico y el arreglo personal, si éstos se están deteriorando. Otra pista de que algo no va bien es cuando se ve claramente que la chica está exagerando su alegría para convencer a los demás que su relación amorosa y todo es absoluta felicidad. Cuando deja de llamar o empieza a interrumpir el ritmo habitual de sus comunicaciones puede ser otra señal de preocupación.

Aline, la hermana de Jessica Astorga, aconseja a las familias que tengan los recursos económicos suficientes visitar de vez en cuando a su ser querido y estar totalmente con ella y no en plan de turismo, y menos en compañía de más personas. Poder recuperar la intimidad con la víctima permite observar la situación real que ella está viviendo y ayudarla a salir del hoyo emocional.

¿Qué pueden hacer los testigos?

La ayuda de los testigos de violencia conyugal es importante. El Instituto Europeo para la Igualdad de Género recomienda a los testigos hacer lo siguiente:

  • Hablar con la víctima
  • Ayudar a la víctima a tener acceso a servicios de apoyo
  • Ayudar a la víctima a denunciar
  • Denunciar la violencia a las propias autoridades