Un grupo de eurodiputados belgas pertenecientes al grupo socialista cuestionó a la Comisión Europea sobre lo que piensa hacer tras el probable cierre de una importante línea de producción de automóviles Audi para ser llevada a México.
Unos tres mil trabajadores de la planta ensambladora de Audi en Forest, al sur de Bruselas, corren el riesgo de perder sus empleos. Y es que el de Forest es el único sitio en Europa en el que se fabrican los modelos Q8 e-tron, cuyas ventas internacionales se han desplomado en los últimos años. Audi, una subsidiaria del gigante alemán Volkswagen, decidió trasladar en 2027 a México la fabricación del Q8 e-tron.
Estelle Ceulemans, Kathleen Van Brempt, Elio Di Rupo y Bruno Tobback dirigieron una pregunta escrita a la Comisión Europea -el organismo de la Unión Europea (UE) que gestiona las políticas comunes de los 27 Estados socios y el comercio internacional con terceros países- en la que expresan su preocupación al respecto.
“¿Cómo piensa evitar la Comisión el cierre o la deslocalización de centros de producción esenciales para nuestra transición sostenible?”, es la primera pregunta que hacen los eurodiputados.
La segunda de ellas es cómo piensa apoyar y reorientar especialmente al sector automotriz europeo hacia tecnologías más sostenibles y asequibles para todos, en las que se trabajaba en la planta de Audi en Bruselas. Y la última cuestión tiene que ver con las medidas que la Comisión planea aplicar para animar a seguir invirtiendo en la fabricación local de automóviles.
En su pregunta escrita, los eurodiputados belgas hacen algunas aclaraciones. Por un lado, señalan: “La conservación de puestos de trabajo y centros de producción, así como la preservación y el desarrollo de tecnologías e industrias ecológicas innovadoras en Europa, son cuestiones que nos preocupan especialmente“. Sin embargo, también reconocen la importancia para Europa del comercio con otros países aunque bajo ciertas condiciones: “La reindustrialización de Europa debe ir de la mano de medidas que fomenten la fabricación local, sin dejar de profundizar en las relaciones comerciales con otras partes del mundo de forma justa y mutuamente beneficiosa“, puntualizan los cuatro firmantes.
La Comisión Europea está obligada a responder a los eurodiputados, lo cual podría tomar semanas.
A principios de julio pasado, Audi anunció una reestructuración de las actividades de su planta en Bruselas, la capital belga, aunque desde febrero una revista alemana había adelantado ya la noticia.
“Audi -explicó la trasnacional alemana en un comunicado de prensa el pasado 9 de julio- está experimentando un descenso global de los pedidos de clientes en el segmento de la clase de lujo de los vehículos eléctricos. Esto afecta a los modelos Q8 e-tron y Q8 Sportback e-tron, que salen de la línea de producción de Bruselas. Por ello, Audi se está planteando el cese anticipado de la producción en la planta de Bruselas“.
Las negociaciones entre el sindicato, la empresa y el gobierno federal belga están en curso.
Las opciones que se han presentado hasta ahora para salvar a la planta han sido rechazadas por Audi y parece que no habrá de otra que buscar eventuales inversionistas que quieran retomar las actividades de la armadora para así evitar su cierre definitivo.
“En este proceso de consultas –advierte el comunicado de la compañía– la dirección de la planta debate soluciones para el emplazamiento junto con los interlocutores sociales responsables. Esto puede incluir también el cese de las operaciones si no se encuentra ninguna alternativa“.