Ámsterdam, Países Bajos.- Julio César Sánchez Amaya es el primer oficial de enlace que tiene México con Europol. Tras numerosos trámites, el lunes pasado le fue entregado un espacio en el edificio de esa agencia europea de seguridad con sede en La Haya, Países Bajos.
La Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial, Europol, está conforma por sus 27 países miembros, más otros que han sido asociados o invitados para hacer un frente común a la delincuencia transnacional. Europol creó y gestiona el Sistema de Información de Schengen (SIS), que facilita el intercambio de información entre diferentes policías nacionales y otras agencias de inteligencia.
Sánchez Amaya inició su labor en temas de seguridad hace más de 20 años, cuando el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador era jefe de gobierno de la Ciudad de México y el excanciller Marcelo Ebrard su secretario de Seguridad Pública.
Sánchez Amaya recorrió todas las áreas operativas de la policía de la Ciudad de México hasta llegar, en diciembre de 2012, al cargo de subsecretario de Seguridad Pública del gobierno de la capital.
“El tema de seguridad es clave para poder salir adelante; para recuperar no solamente la credibilidad de la gente sino la estabilidad, la tranquilidad y la paz de las personas y los pueblos”, comentó el funcionario en entrevista con esta periodista el pasado 21 de julio.
El funcionario fue designado en 2019 director general de Asuntos Especiales en la Secretaría de Relaciones Exteriores. En ese cargo atendió los temas de seguridad con Estados Unidos, incluyendo el tráfico de drogas, armas y migrantes.
“Desde ahí promovimos diferentes reformas y modificaciones, como las reformas que se hicieron a la Ley de Seguridad Nacional donde se establece de manera formal -aunque ya existía- que se delimiten las funciones de las agencias extranjeras en México, no solo una, sino todas”, manifestó el funcionario en la primera entrevista que ofreció a un medio de comunicación desde que asumió su nueva responsabilidad.
Recordó que México fue el primer país que estableció una controversia interponiendo una demanda contra Estados Unidos por las empresas que fabrican, venden y comercializan armas de diferentes tipos, y no solo pistolas sino también rifles de alto poder que venden de manera indiscriminada y sin ningún control.
Sánchez Amaya resaltó que el 70 por ciento de las armas que se han decomisado en México provienen de Estados Unidos, mientras que el otro 30 por ciento son armas de países europeos como España, Italia y Alemania.
Pero aquí hay una diferencia, según el nuevo enlace mexicano: Europa no vende ese armamento directamente al crimen organizado; lo vende a Estados Unidos y este país, cuando lo vende a particulares de manera irresponsable, pierde su trazabilidad. Por eso se presentó la denuncia del Estado mexicano. “Hay una respuesta, hay un seguimiento, pero en ese proceso estamos”, expresó.
-¿Cómo llega México a Europol?, se le pregunta a Sánchez Amaya.
-En 2020 se firmó el acuerdo donde México manifestó su interés en participar con Europol. A partir de ahí se atendieron una serie de documentos que fueron firmados. Pero se vino la pandemia y se retrasó todo el proceso. Fue hasta este año que logramos ya consolidar la firma de la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, para que lo firmara a su vez la parte europea y pudiéramos tener un espacio físico en el edificio de Europol, que ya nos hicieron entrega el lunes pasado -17 de julio-, lo cual informamos por los canales correspondientes a la cancillería.
-¿Qué significa para Europol tener a México presente?
-En un contexto global, la Unión Europea está gestionando con México varios acuerdos para poder interactuar. En el contexto personal de la Agencia Europea para la Cooperación Policial, Europol, México es fuente de conocimiento, de experiencias y hay actividades que nos ligan territorialmente en el tráfico de armas, drogas, migrantes, en la trata, en la ciberseguridad. Es del dominio público que los temas de seguridad van avanzando en un marco global y que ahora de manera extraterritorial van saliendo adelante. México puede ser un gran aporte para Europol por todo lo anterior.
-¿Qué significa para México estar en Europol?
-En primer lugar, Europol aglutina a los 27 países de la Unión Europea y agrupa también a terceros países. De América Latina está integrada desde hace ya muchos años Colombia. Hace poco llegó Brasil, y ya somos tres latinoamericanos con México. Desde luego está Estados Unidos y Canadá y hay agencias importantes, como Interpol y otros organismos que manejan temas de seguridad que forman parte de este contexto global.
-Antes de que usted llegara a Países Bajos, hubo varios incidentes con mexicanos detenidos aquí haciendo drogas sintéticas. ¿Qué cambiaría si se repitieran esos incidentes ahora con la presencia de México en Europol?
-En primer lugar es importante señalar que la forma en la que Europol procesa la información es a través de un sistema de comunicación segura. Ahora ya formamos parte de ese sistema, que maneja la comunicación de manera segura, directa, eficiente, suficiente y oportuna. Esas características te permiten tener o generar una correa de transmisión con tus iguales en México y que podamos tener la información en tiempo real y conocer lo que está sucediendo en Europa, y así mismo retroalimentar lo que está sucediendo en México para que la Unión Europea tenga conocimiento y pueda tomar cartas en el asunto.
-Ese 30 por ciento de armas en manos del crimen organizado que provienen de Europa, ¿va a ser un tema a tratar para México?
-Es que no son armas que hayan sido vendidas de manera ilegal. Fueron vendidas de manera legal en Estados Unidos y es ese país que las vende a particulares de manera irresponsable.
-Pero pudieran revisar y establecer sanciones…
-Nosotros le estamos apostando a esa ética de las empresas europeas, a esos principios y al buen manejo que han tenido los europeos, a la preocupación de que sus armas terminen en manos del crimen organizado. Ahora que ya estamos dentro de Europol esperamos tener la posibilidad de que la propia Fiscalía General de la República pueda proporcionar la lista, la numeralia, de todas esas armas que han señalado en sus reportes para que cada país se haga responsable de sus propios números de matrícula (de tal armamento); al país al que le corresponda que haga su investigación, que trabaje y que vea cuál ha sido el camino que han tenido estas armas.