BRUSELAS, Bélgica.- La marionetista mexicana de larga trayectoria, Toztli Abril De Dios, participa en la puesta en escena titulada Mémé (Abuelita), de la artista y autora belga Sarah Vanhee, quien también la interpreta. La pieza ya se presentó en mayo pasado en el Kunstenfestivaldesarts (Festival de las Artes) de Bruselas, Bélgica, y en el Wiener Festwochen de Viena, Austria; en julio en el Kunstencentrum Buda de la ciudad belga de Kortrijk, y actualmente es parte del Festival Actoral de Marsella, en Francia.
Toztli Abril De Dios, egresada de la reconocida Escuela Superior Nacional de Artes de la Marioneta de Francia, está encargada de la escenografía y de la fabricación de las decenas de muñecos que aparecen en escena como parte fundamental de la historia.
«Mi función es darle forma a las palabras y al universo de una artista, Sarah Vanhee. Me he encargado de acompañarla en la parte del dispositivo escénico, la parte visual y material de la pieza que, al ser autobiográfica, requería elementos que tradujeran su mundo. Y me invitó a trabajar con ella por mi experiencia ligada a la marioneta contemporánea», señala en entrevista con Underground Periodismo Internacional.
Mémé no es una obra de teatro convencional sino una pieza con herramientas del teatro más contemporáneo, explica la artista mexicana.
Mémé, refiere la casa productora de la obra, «es un trabajo intergeneracional, de múltiples capas y plurilingüe sobre la relación con los antepasados, con el suelo (nativo) y con el cuerpo femenino, protagonizada por los espíritus de las abuelas flamencas de Vanhee que, como muchas mujeres de esa época, pasaron la mayor parte de sus vidas ‘trabajando’, en los dos sentidos de la palabra.
«Es una oda a esas mujeres ‘invisibles’, a la tierra, a la vida misma, tanto emocional como intelectual, al trabajo y al placer. Mémé es un intento ritual de Vanhee de devolver la vida a sus abuelas, volver a conectarse, reparar y luego, de manera diferente, despedirse de nuevo, en un momento sin límites».
Toztli Abril De Dios agrega que Vanhee cuenta en la obra la historia de sus dos abuelas, Oma (la paterna) y Mémé (la materna). Aunque la autora utiliza la ficción, la obra conserva los hechos reales y, por ello, «transporta al presente ‘cuerpos’ que representan las imágenes de sus dos abuelas». «Hablamos Vanhee y yo sobre cómo darle forma a esas abuelas y qué tipo de material usaríamos, es decir, qué sensaciones eran necesarias evocar a través de la forma y material que fueran cercanas al mundo de cada abuela».
Sus personajes -precisa la mexicana- no son marionetas en este caso, porque no representan a un ser vivo, «sólo están ahí para evocar unas presencias».
«Son una especie de efigies y por eso hemos preferido llamarles muñecas (puppets): apelan a la presencia de alguien, le dan un volumen, sin completamente intentar representar a las abuelas como tales. Por eso su forma es abstracta. De alguna manera también quisimos hacer ver lo prolíficas que han sido las familias flamencas: reproduje todos los miembros de su familia. Hice un montón de muñecos por generaciones. En total hice 74 muñecos, más las dos formas que, en proporciones más realistas, evocan a las abuelas».
Para la puesta visual, la mexicana también realizó un especie de patchwork con el que construye «un espacio que evoca al mundo femenino, suave, envolvente».
Mira otros trabajos de la artista mexicana
Toztli Abril De Dios es la única mexicana que ha egresado de la reconocida Escuela Nacional de Artes de la Marioneta, ubicada en Charleville-Mezières, Francia. Antes también estudió actuación en el prestigiado Conservatorio Nacional Superior de Arte Dramático de París, después de haber estudiado en la Academia de la Danza Mexicana.
Entre 2008 y 2014 trabajó con varias compañías de teatro y marioneta en Francia, Alemania, Reino Unido y Bélgica, país en el que se entregó al teatro infantil. Hace casi una década regresó a México, en donde ha desarrollado numerosos proyectos propios nacionales e internacionales y colaborado con otros artistas y compañías de prestigio, como La Máquina de Teatro, Teatro Línea de Sombra o el colectivo Lagartijas tiradas al sol. Colaboró también con el MOMA de San Francisco, para el que realizó dos vestidos diseñados por Diego Rivera para una exposición consagrada a ese gran pintor y muralista mexicano (ver video al término del texto).
Comenta la artista originaria de la Ciudad de México: «A mí lo que me gusta mucho del acercamiento a las formas animadas de la marioneta es esta manera discreta y delicada de entrar en contacto con las otras artes. Porque finalmente todo marionetista es multidisciplinario: tienes que aprender a manejar volúmenes y materiales, las formas, los colores, y por otro lado conceptualizar el espacio, tener una relación bastante dinámica con el proceso de creación. Y también está el aspecto narrativo de saber recrear ficciones».
Y concluye: «Lo que más me atrae de las formas animadas tiene que ver con la dirección de la mirada. La marioneta genera una relación con el mundo que no tienen otras artes».