Diciembre 4 / 21
BRUSELAS, Bélgica.- Karina es una migrante hondureña que ahora vive en Estados Unidos. Se vio obligada a arriesgar su vida y la de sus hermanas en un peligroso viaje rumbo al norte. Entre otras razones, Karina tomó esa difícil decisión porque a causa de las sequías no había agua en su región. Sólo disponía un poco de ella durante tres horas al día.
Byron, en tanto, es un guatemalteco que perdió todo su patrimonio luego de que el huracán Eta provocara la inundación de su pueblo en noviembre de 2020. En éste vivían 600 familias. Fue en ese momento que el joven emprendió el camino hacia Estados Unidos, como lo hicieron también otros 339,000 compatriotas suyos afectados por catástrofes naturales el año pasado.
Ambos testimonios forman parte del reporte titulado en español Muro contra el clima, elaborado para el Transnational Institute (TNI) -con sede en Ámsterdam- por los investigadores Todd Miller, Nick Buxton y Mark Akkerman. Presentado el 25 de octubre último, el documento -cuya versión completa sólo está disponible en inglés- plantea que los casos antes citados ofrecen una fotografía precisa de un fenómeno que han bautizado como “el muro climático global”.
SUSCRÍBETE PARA SEGUIR LEYENDO ESTA NOTA