Septiembre 11 / 21
NUEVO HORIZONTE, Guatemala.- “Soy un hombre que lucha pensando en sembrar el amor. Soy guerrillero porque amo la paz. Que sepan que ante la injusticia no habrá rendición”, refiere la letra de una canción a ritmo de cumbia colombiana. La música fluye a través de unos altavoces colocados a lado de una foto del Che Guevara en la que se lee: “Hay que ser duros sin perder la ternura”.
Mientras suena la melodía, Lucero se afana en alimentar dentro de su vivienda a decenas de gallinas, pollos y chompipes (guajolotes). A ellos dedica su vida desde que dejó a finales de los años 90 la guerrilla guatemalteca de las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR).
De su paso por este grupo revolucionario dan fe varias fotografías que cuelgan de la pared y comparten espacio con otras imágenes del Che, del expresidente de Cuba, Fidel Castro, o del líder revolucionario nicaragüense Augusto César Sandino. En el cuarto de su hija -que nació en el seno de la guerrilla- hay una bandera de las FAR, que fue uno de los cuatro grupos revolucionarios que se enfrentaron al Estado guatemalteco entre 1960 y 1996.
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