“Peor que en México”, bots en elecciones suecas

A petición de Aftonbladet, el diario más vendido de Suecia, el especialista mexicano en descubrir operaciones de manipulación en redes sociales, Alberto Escorcia, analizó el comportamiento en Twitter de la campaña para las elecciones del 11 de septiembre en aquel país. Su conclusión, que provocó revuelo, fue que en esa nación europea se lleva a cabo una “manipulación a gran escala y coordinada” comparable a las que él ha observado en “países bananeros”. Underground Periodismo Internacional obtuvo la autorización del diario sueco para reproducir en español el polémico reportaje, publicado el 31 de agosto último, donde el experto mexicano expone sus hallazgos. Cabe señalar que Escorcia reside actualmente en Suecia, país al que solicitó el asilo político en junio pasado.

ESTOCOLMO, Suecia.- En Suecia existe una intervención electoral sistemática. Ejércitos de personas y programas informáticos utilizan la potencia de los servidores y el dinero no contabilizado para amplificar los mensajes políticos de los partidos en Internet. Los manipuladores suelen querer destacar las voces que promueven mensajes de carácter xenófobo. Pero la manipulación también se produce en temas como la energía nuclear, y se resaltan los mensajes de los partidos establecidos. Se utilizan granjas de trolls en Suecia y en el extranjero, así como diversas formas de cuentas automatizadas. Se trata de campañas compradas con remitentes desconocidos, y que violan claramente las propias normas de Twitter.

Eso es lo que dice el análisis de datos realizado por el experto de renombre internacional Alberto Escorcia. Anteriormente él ha analizado el papel de Twitter en las campañas electorales de varios países, y su trabajo ha sido presentado por Al-Jazeera, The Guardian y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), entre otros.

Aftonbladet Kultur pidió a Escorcia que realizara un análisis de datos de la campaña electoral sueca en Twitter basado en tres preguntas:

1. ¿Muestran los datos que existe algún tipo de manipulación en relación con lo que comunican prominentes políticos suecos en Twitter?
2. En caso afirmativo, ¿qué cuentas y declaraciones de políticos destacados se ajustan a este patrón?
3. En caso afirmativo, describa la “anatomía” de la manipulación coordinada basada en los datos de la campaña electoral sueca.

Alberto Escorcia es un experto en análisis de datos reconocido internacionalmente, y ha analizado en el pasado el papel de Twitter en las campañas electorales.
Foto: Rasmus Walldén

Twitter tiene una serie de criterios para definir un comportamiento inaceptable. Entre ellas se encuentran las prácticas que son claramente visibles en el debate político sueco dentro de la plataforma.

Una de las más comunes es la automatización de los retweets y los likes. Las cuentas se crean o se compran con el único propósito de dar likes y difundir mensajes automáticamente. Es muy posible comprar cuentas de Twitter que hayan acumulado seguidores desde 2010 y luego convertirlas en bots que difundan mensajes en, por ejemplo, una campaña electoral. Se necesitan unos minutos y una tarjeta, y los tweets con los hashtags seleccionados reciben likes o retweets de todo lo que proviene de una determinada cuenta. Las interacciones amplifican esos mensajes, usuarios y hashtags y los hacen más visibles en la plataforma. A medida que esto se repite, los usuarios están cada vez más expuestos a contenidos de estas cuentas sobre temas similares. Para el usuario medio, el debate en línea parece en última instancia centrarse sólo sobre estas personas, sus partidos y sus puntos de vista.

Según Yoel Roth, jefe de seguridad y privacidad de Twitter, la compañía revisa ¡entre ocho y diez millones de cuentas falsas y bots sospechosos a la semana! Un tercio de ellas se considera que sirven a diversas formas de manipulación, y se eliminan. Cualquier comportamiento coordinado va en contra de las directrices de Twitter; incluso creen que gente se sienta todo el día frente a su ordenador retuiteando para manipular la plataforma.

Los datos de Twitter están disponibles de forma relativamente abierta para los investigadores y analistas, y una revisión del debate político reciente en la plataforma revela patrones claros. Los tuits de algunos políticos se amplifican utilizando una manipulación estructurada descubierta en otros países. Se trata de cosas que Twitter sabe que manipulan lo que todo el mundo ve en el feed (flujo de contenido): interacciones no auténticas, actividad coordinada y realmente todas las formas de métodos artificiales y pagados para conseguir clics, retweets.

El “tuit de Kabul”, el tuit del portavoz de política legal de Demócratas de Suecia, Tobias Andersson, sobre el vagón de metro pintado en la campaña, fue amplificado por una manipulación coordinada.

 

Según Alberto Escorcia, hay pruebas claras de que eso ocurrió en medio de la campaña electoral sueca en línea.

De acuerdo con sus datos, el llamado “tuit de Kabul” es un ejemplo ilustrativo del patrón de coordinación y refuerzo de los mensajes xenófobos. Tobias Andersson, portavoz de política legal de los Demócratas de Suecia (Nota de la Redacción: partido de extrema derecha), tuiteó una foto de un vagón de metro pintado para la campaña electoral de su partido y escribió: “Bienvenidos al metro de regreso. Tienes un boleto de ida. Próxima parada, Kabul” (Afganistán).

El tuit recibió una enorme atención en Twitter, y posteriormente en los principales periódicos y medios de comunicación. Pero si se observan las interacciones y el “compromiso” (NR: capacidad de atracción y generar diálogo con los usuarios) en torno a este tuit, se ve cómo éste se amplificó mediante una manipulación coordinada.

En el momento en que se envía el tuit, un gran número de cuentas lo retuitean. Estas cuentas responden automáticamente al tuit de Andersson: están sincronizadas y programadas para retuitear ciegamente lo que éste dice. Otras cuentas que amplifican el tuit tienen el sello de ser las llamadas cuentas “cyborg”, es decir un humano con un software (NR: programa) para controlar varias cuentas simultáneamente. En general, 26 por ciento de todos los retweets de la publicación de Anderson provienen de una manipulación automatizada, humana o combinada, según las definiciones que Twitter utiliza para clasificar esto.

La investigación también tiene formas de clasificar y evaluar si se está produciendo una manipulación coordinada. El Observatorio de Medios Sociales de la Universidad de Indiana ha desarrollado un método relativamente sofisticado que utiliza más de mil parámetros. Entre ellos, el análisis de la actividad de una cuenta concreta a lo largo del tiempo, el círculo de amigos, su red, el uso del lenguaje y el tono de voz. A partir de estos miles de datos, se utilizan algoritmos de aprendizaje automático para calcular la probabilidad de que una cuenta concreta se utilice únicamente para la manipulación.

Según Alberto Escorcia, el Twitter de Hanif Bali muestra claros signos de un comportamiento coordinado con la intención de manipular el algoritmo de Twitter. La forma completamente simétrica de la difusión de su mensaje muestra un refuerzo artificial, como parte de una campaña comprada. A la derecha del tuit grande, uno “normal” con propagación orgánica.

 

Utilizando la herramienta Hoaxy de la Universidad de Indiana, obtenemos una línea de tiempo de la amplificación artificial del tuit de Kabul. La explosión de retweets es instantánea, como si hubiera un pequeño ejército esperando para hacer clic en “me gusta” y retweet. Lo cual es muy probable que ocurriera; según la experiencia de Escorcia, el esfuerzo se coordina con los grupos de Whatsapp para maximizar la difusión inmediatamente después de que llegue el tuit.

Los informes sobre la manipulación coordinada de las redes sociales por parte de los Demócratas suecos han estado presentes desde hace algun tiempo, y recientemente ETC (NR: revista de investigación sueca de izquierda) publicó una revelación con nuevos detalles. Pero cuando se le pide a Alberto Escorcia que identifique al político que es el ejemplo más claro de amplificación coordinada, señala al político del Partido Moderado Hanif Bali. (Cabe señalar aquí que Escorcia no tiene ningún conocimiento de fondo de la política sueca).

El feed de twitter de Hanif Bali contiene constantes y claras muestras de un comportamiento coordinado con la intención de manipular el algoritmo de Twitter. Cuando se visualizan los datos y se comparan con la difusión orgánica de mensajes a gran escala en la plataforma, la diferencia queda clara incluso para un profano.

También aquí podemos tomar un ejemplo. El 16 de agosto, Bali tuitea burlonamente una foto de un zapato que cree que Annie Lööf (NR: política y abogada del Partido del Centro) prometió comerse si apoya a un gobierno socialdemócrata. El mensaje fue retuiteado casi instantáneamente por más de 200 cuentas, al estilo de una típica granja de trolls, y hay fuertes indicios de que la manipulación proviene en gran medida de una granja de trolls polaca. Polonia aparece destacada en la prensa internacional por sus granjas de clics y ser profesionales en obtener “compromisos” del usuario, similares a los de un centro de llamadas, en las que la mano de obra remunerada amplifica los mensajes de quien paga. A veces es la industria armamentística la que quiere influir en las decisiones políticas, otras veces son los partidos políticos los que quieren desprestigiar o impulsar el odio y el desprecio contra los adversarios.

Las granjas de trolls levantan sistemáticamente los tuits de la cuenta oficial de los moderados y de sus principales representantes, sobre todo en el ámbito de la energía. Aparecen como tropa de refuerzo en varios tuits del partido, que se utilizan para llevar el tema nuclear al flujo de Twitter. Las acciones son relativamente a gran escala y tienen un gran impacto tanto en los algoritmos como en los humanos. El hecho de centrarse en uno o pocos temas políticos es típico de las acciones de manipulación de las redes sociales, y el propósito es claro. Si el tema acapara el debate en Twitter, es más probable que los periodistas y editores lo saquen a relucir en la siguiente rueda de prensa o entrevista.

Entonces, ¿quién está detrás de toda la amplificación artificial a gran escala de los tuits sobre inmigración, energía nuclear y temas de conversación de los moderados? Aparte de que ahora sabemos que los Demócratas de Suecia están organizando precisamente este tipo de actividades, podemos compararlo con lo que ocurre en otros países. Allí, este tipo de campañas son financiadas por think tanks y organizaciones políticas similares, grandes y pequeñas. La campaña electoral sueca no es única en el mundo, por lo que aquí se da la misma situación. Lo más probable es que, como en otros países, el dinero provenga originalmente de las carteras de personas ricas.

En las últimas semanas, (el programa de debate y documentales) Kalla Fakta y TV4 han podido revelar cómo varios partidos han creado métodos para canalizar el dinero hacia la campaña electoral sin revelar de forma transparente de dónde procede el dinero ni para qué se utiliza.

En el caso de los moderados, Gunnar Strömmer, secretario del partido, fue grabado por TV4 cuando éste le dice a un hombre, que él cree que es un donante, que el dinero puede utilizarse para construir un “centro de llamadas”. La elección de palabras de Strömmer es muy interesante; los call-centers, en particular, son, como ya se ha dicho, un término discreto que se utiliza para describir las granjas de trolls de todo el mundo.

Entonces, ¿no es igual de malo en los entornos digitales de otros partidos? Los datos nos dan la respuesta y es: no. El uso sistemático y a gran escala de las prácticas que Twitter quiere prohibir se encuentra casi exclusivamente en el ala derecha de la campaña electoral sueca. La investigación lo corrobora: los comportamientos trolls y disruptivos en la democracia digital están más extendidos en el lado derecho del espectro político. Independientemente de ello, como ha hecho este estudio, Twitter debería analizar las cuentas, los seguidores, los tweets y los retweets de todos los representantes de los partidos.

La manipulación coordinada que se produce en Suecia es, según Escorcia, sin duda, “peor que en México”. Los votantes y los medios de comunicación obtienen una visión distorsionada del debate electoral en Twitter, y hay miles de cuentas que infringen las directrices de la empresa. No cabe duda de que la compañía puede ver fácilmente el comportamiento no auténtico de las cuentas utilizadas. Según su propia política, todas las cuentas implicadas deberían ser suspendidas o eliminadas inmediatamente. Mientras tanto, es crucial que los votantes y los periodistas suecos sean conscientes de que existe una manipulación a gran escala y con fines políticos de las redes sociales. Todos los días, a todas horas. (Traducción: Underground Periodismo Internacional).

Aquí puedes leer el reportaje original de Aftonbladet (en sueco).

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