Rusia: prisionero político a los 15 años

Arseny Turbin. Fotos: Cortesía de Irina Turbina/Mediazona

El viernes 21 de junio, el Tribunal Militar del Segundo Distrito Occidental de Moscú condenó a Arseny Turbin, de 15 años, a cinco años de prisión. El estudiante de tercero de secundaria de la región de Oriol fue declarado culpable de participar en una organización terrorista, acusación derivada de su correspondencia con un reclutador de la Legión “Libertad de Rusia”, compuesta por rusos que luchan por Ucrania. El medio independiente ruso Mediazona examinó cómo la investigación construyó su caso contra Arseny. Con la debida autorización, Underground Periodismo Internacional reproduce en español el reportaje publicado el 27 de junio pasado.

Por Olya Romashova


“Es un chico inteligente. Participó en olimpiadas académicas y maratones intelectuales. Soñaba con estudiar Ciencias Políticas en MGIMO” (Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú: Nota de Underground), dice la madre de Arseny, Irina Turbina.

Irina, de 41 años, trabaja como jefa de contratos en la Escuela Superior de Construcción de Livny. Arseny nació en Dubai de padre ciudadano de Emiratos Árabes Unidos. Irina se separó pronto, regresó a Rusia y crió sola a su hijo. El niño asistió al Liceo Livny, una de las mejores escuelas de la región de Oriol.

En sexto curso (sexto de primaria), Arseny empezó a sufrir acoso escolar por el color de su piel.

“Su padre cortó el contacto con nosotros en 2013; está formando una familia allí, siguiendo sus tradiciones. Simplemente nos aisló, como si nunca hubiéramos existido. Los niños de la escuela se enteraron de esto. Empezó el acoso: ‘Tu padre no te quiere, negro, afroamericano, vuelve al lugar de donde vienes’. Arseny decía: ‘Soy ciudadano ruso, ¿por qué me tratan así?”. recuerda Turbina.

Según ella, el liceo “nunca quiso abordar la situación con sinceridad” y, tras otro incidente, el director “acusó a Arseny de mentir” y dijo que “estaba loco y que todo estaba en su cabeza”.

Ni el director del liceo ni el profesor titular respondieron a las llamadas de Mediazona.

En febrero de 2021, continúa Irina Turbina, los compañeros de clase golpearon a su hijo.

“Le arrastraron hasta la clase de mecánica, en el sótano, y empezaron a darle patadas. Hacía -19°C. Lo arrojaron a la calle por la puerta de emergencia y echaron el cerrojo. Cayó enfermo y estuvo un mes con inflamación de oídos y de todo”, cuenta Irina. Consiguió trasladarlo a otra clase, pero el acoso continuó. Al final, volvió a cambiar de clase.

A pesar de ello, Irina dice que algunos profesores siguieron “evaluando injustamente” a su hijo y criticándolo.

“Ganó la olimpiada de geografía de la ciudad ese año, se llevó premios en el maratón intelectual de ruso e inglés, pero al final no lo pusieron en el cuadro de honor. Incluso algunos compañeros empezaron a preguntarle por qué no lo ponían”, cuenta Irina.

Arseny empezó a pensar en la injusticia social y “se metió de lleno en Navalny (Alexei Navalny, el líder opositor fallecido recientemente) y otros movimientos”, dice su madre.

El 25 de abril de 2023, Arseny llamó al canal de televisión Rain y dijo que, aunque antes había creído en la propaganda, ahora estaba decepcionado con Putin, y que el video antiamericano que se había proyectado en su clase durante la lección “Conversaciones importantes” era “una completa tontería”. El hijo subió la grabación de la emisión en su canal de YouTube, cuenta Irina, y la llamaron al liceo por ello. El video tuvo que ser borrado.

“Terminó el curso escolar en mayo. Estaba afectado por la injusticia y en desacuerdo con algunas de sus notas. Le expliqué: ‘No te preocupes, aprobarás el Examen de Estado Unificado y entrarás en la universidad. Tus aptitudes saldrán a relucir’. Pero él me dijo: ‘No, esto no debería pasar. Esto está mal’. Bueno, sólo tenía 14 años”, dice Irina.

El 1 de junio de 2023, Arseny envió un correo electrónico a la legión “Libertad de Rusia” en Ucrania.

Vacaciones de verano

En los correos electrónicos, Arseny afirmaba que estaba “dispuesto a repartir panfletos y luchar contra la propaganda de Putin” y que “tenía una idea de cómo liberar a Rusia de Putin”. El reclutador le pidió que rellenara un cuestionario y enviara sus contactos de aplicaciones de mensajería. Arseny envió sus datos de WhatsApp y Telegram.

“Simplemente guardó el formulario en el escritorio de su portátil y rellenó unos cuantos campos. Había que rellenar todos los campos y enviarlo con fotos de los documentos. Y me dijo: ‘Mamá, me asusté, hay tanta información personal… y la estaría enviando a quién sabe dónde, y quién sabe dónde podría acabar’. Y dijo que lo había dejado. No envió nada a ninguna parte”, insiste Irina Turbina.

En cualquier caso, desde principios de junio, Arseny gestionaba activamente su página de VK (red social rusa) y comentaba todos los acontecimientos importantes, como el maratón en apoyo de los presos políticos, el motín de Prigozhin (el jefe del grupo mercenario Wagner que antes de morir en un accidente se había rebelado a Putin) y el ataque con drones a Moscú. A finales de julio, cambió su foto de perfil por una cara tachada de Vladimir Putin y, durante las vacaciones, distribuyó en los buzones de sus vecinos folletos contra Putin que había encontrado en Internet e impreso en mayo: quería “informar a la gente, ya que se acercaban las elecciones”, recuerda Irina.

Un extraño conocido
Durante su interrogatorio, Arseny Turbin contó que, en junio de 2023, un nuevo conocido llamado Maxim le dio derechos de administrador del canal de Telegram Occupy Shlukhofilyay 14, y publicó allí varios mensajes contra la guerra.
El nombre y el contenido de este canal son típicos de los seguidores del neonazi ruso Maxim Martsinkevich (Tesak). En el verano de 2023, el canal escribió extensamente sobre la guerra ruso-ucraniana. Su creador solía llamarse a sí mismo “Prigozhin Maxim Tesakovich”, pero era difícil entender con qué bando del conflicto simpatizaba: posts entusiastas sobre los mercenarios de la Empresa Militar Privada Wagner se alternaban con la defensa del Cuerpo de Voluntarios Rusos que luchaba del lado de las Fuerzas Armadas Ucranianas. En el momento de la publicación de este artículo, el canal sólo contaba con 23 suscriptores.
Irina Turbina no descarta la posibilidad de que “Maxim” fuera enviado a su hijo por las fuerzas de seguridad para “crear la imagen de que es una bestia, un nazi y todo lo demás”. Según ella, en mayo, “Maxim” fue el primero en acercarse a Arseny en el campo de deportes, y más tarde le escribió ofreciéndole publicar videos cortos sobre la guerra en su canal, mientras él mismo “echaba en cara todo el nazismo, los símbolos nazis, cómo Tesak golpeaba a gente de otras nacionalidades”.
Irina describe a “Maxim” como un adolescente mayor que su hijo. Contó a Mediazona cómo contactó con él en Telegram en la primavera de 2024. En los mensajes, confirmó que el “objetivo” de Arseny como administrador se limitaba a publicar “edits”, o videos de plantillas cortas, sobre la guerra; el colegial no tenía nada que ver con el resto del contenido. “Maxim” sugirió presentarle esto al “investigador-tonto”. “Enséñale mis mensajes y que me busque. No me encontrará”, cuenta Turbina sus palabras.
La cuenta de Telegram de “Maxim” fue creada en abril de 2023, un mes antes de conocer a Turbin. “Maxim” no respondió a los mensajes de Mediazona.

En julio de 2023, Turbin creó su propio canal de Telegram “Rusia Libre”, donde publicaba videos de la oposición. Solo cinco personas se suscribieron a él, y el canal ya ha sido eliminado.

Varias veces, Arseny publicó allí sus propias fotos y videos: pidió a un amigo que lo filmara distribuyendo folletos en escaleras y posando con un cartel blanquiazul. Más tarde, durante el interrogatorio, subrayó que no sólo era el símbolo de la Legión “Libertad de Rusia”, sino también “en general, una bandera contra la guerra”, así como “la bandera del asentamiento rural de Sosnovo-Ozerskoye, en Buriatia”.

A finales de julio, cuenta Irina, ella y su hijo se fueron de vacaciones a Anapa, en la costa del Mar Negro. En la región de Rostov, su tren pasó junto a un convoy militar, y Arseny, como otros pasajeros, tomó una foto del convoy con vehículos blindados como recuerdo.

El 29 de agosto de 2023, a las seis de la mañana, agentes del FSB (Servicio Federal de Seguridad de Rusia) se presentaron en la residencia de los Turbin.

El caso

Los investigadores dijeron que registrarían el local y se llevaron todo el equipo. Irina Turbina cuenta que les obligaron a desbloquear sus teléfonos y que el único portátil que compartían ella y su hijo no estaba protegido con contraseña.

No encontraron nada en el apartamento, solo un llavero con la inscripción “Amo a Alexei”, añade. Los agentes de seguridad preguntaron si se refería a Alexei Navalny, y Arseny confirmó que así era.

Al día siguiente, los Turbin fueron citados en la oficina del FSB de Livny. El capitán Droganov interrogó al escolar en presencia de su madre. Arseny explicó que desde 2023 había “empezado a interesarse por el liberalismo” y se había dado cuenta de que en el país “no había libertad de expresión ni medios de comunicación independientes”, por lo que no aprobaba “la política de gobierno de nuestro presidente de la Federación Rusa, Vladimir Vladimirovich Putin”. Según el protocolo, Droganov preguntó al adolescente a quién veía en YouTube (enumeró a Alexei Navalny, así como a los blogueros políticos Maxim Katz y Mijaíl Jodorkovski) y qué sabía de la Fundación Anticorrupción de Navalny, la Legión “Libertad de Rusia” y el “Cuerpo de Voluntarios Rusos”, otra unidad paramilitar de ciudadanos rusos que luchan en el bando ucraniano, compuesta por activistas de extrema derecha emigrados.

Tras el interrogatorio, Irina y su hijo fueron puestos en libertad.

“El 5 de septiembre, él va al colegio -siempre lo veo desde el balcón, me saluda con la mano-, miro, se para un coche, sale gente y se acerca a él. Enseguida lo entendí: uno, por lo que veo, es un agente del FSB, la otra persona lleva una carpeta. Lo traen de vuelta a casa. Enseguida entran con documentos: ‘Se ha abierto una causa penal contra su hijo por tal y tal artículo’. Estaba angustiada, histérica”, recuerda Irina.

Los llevaron al Comité de Investigación de Oriol para interrogarlos, y ese mismo día Arseny ingresó en un centro de detención temporal.

El investigador principal del primer departamento para casos especialmente importantes, el Mayor de Justicia Trunov, abrió un caso sobre participación en una organización terrorista el 5 de septiembre a las seis de la mañana.

El investigador escribió que Arseny Turbin había “mantenido correspondencia” con representantes de la Legión Libertad de Rusia, “expresado y confirmado intenciones de participar” en sus actividades, “ingresado en dicha asociación militar” y “cumplido su encargo de producir y distribuir material documental destinado a alterar ilegalmente el orden público establecido”.

Al día siguiente, 6 de septiembre, Trunov exigió que Arseny fuera enviado a un centro de prisión preventiva, pero el tribunal del distrito de Zavodskoy de Oriol lo puso bajo arresto domiciliario con permiso para asistir al liceo.

Irina Turbina señala que, debido al arresto domiciliario, su hijo no pudo estudiar con tutores ni prepararse para el Examen Estatal Unificado. Más tarde, se le concedieron dos horas para pasear y, poco antes del juicio, fue puesto en libertad con restricciones para determinadas actividades.

Cómo demostró la investigación la implicación con la Legión
La acusación afirma que del 6 al 8 de junio de 2023, Arseny Turbin envió un cuestionario completado al correo electrónico de la Legión de la Libertad de Rusia, uniéndose así a una organización terrorista y actuando posteriormente en su interés.
Todo lo que hizo el adolescente durante las vacaciones de verano de 2023 fue interpretado por la investigación como cooperación con la legión.
“Cumpliendo los compromisos de un miembro de la Legión ‘Libertad de Rusia'” y “actuando en interés de la organización terrorista Legión ‘Libertad de Rusia'”, Turbin encontró en internet una plantilla de panfleto anti-Putin, imprimió un centenar de copias y “cometió un acto terrorista” al distribuirlas en buzones.
Además, “se hizo una foto con un cartel de una bandera blanquiazul, que es el símbolo oficial de la Legión “Libertad de Rusia””.
Turbin también creó un canal de Telegram, Rusia Libre, en el que publicaba mensajes sobre su activismo y reenviaba a otras figuras de la oposición, como Mijaíl Jodorkovski. Según la investigación, lo hizo “para promover las ideas de la Legión “Libertad de Rusia” (no asociada a Jodorkovski)” y “para dar a conocer sus actividades como miembro” de esta organización.

El cuestionario

Irina Turbina cree que el FSB fabricó el acta de interrogatorio de su hijo del 30 de agosto.

En el documento recopilado por el capitán Droganov en aquel momento, se cita a Arseny diciendo: “Planeaba alistarme en la mencionada Legión y les envié un cuestionario rellenado”. Estas declaraciones fueron firmadas tanto por él como por su madre.

Ella insiste en que durante el interrogatorio se sentó junto a su hijo, y que Arseny no dijo eso. Turbina recuerda cómo los agentes del FSB reescribieron el acta tres veces debido a inexactitudes, como errores en el apellido, y admite que podrían haber alterado sutilmente el texto.

“Si hubiera sabido antes cómo era esta gente, que nunca nos habíamos encontrado, lo habría releído”, dice, encogiéndose de hombros.

Más tarde, en su primer interrogatorio como sospechoso, Arseny dijo que rellenó el cuestionario pero luego “se asustó” (“demasiados datos personales míos”) y sólo envió sus contactos de aplicaciones de mensajería a los reclutadores. Nadie le contestó, y la correspondencia con la legión terminó ahí. Arseny mantuvo esta versión ante el tribunal.

Sin embargo, los archivos del caso mencionan una grabación de audio del interrogatorio, según la cual, el 30 de agosto, el adolescente “confirmó el hecho de solicitar su ingreso en la asociación prohibida Legión ‘Libertad de Rusia'” y realizar misiones para ellos.

Exactamente las mismas palabras se repiten en el acta de interrogatorio del agente del FSB Vladislav Afanasyev, de la región de Oriol. Declaró ante el investigador Trunov inmediatamente después de que se iniciara la causa penal y dijo que estuvo presente en el interrogatorio de Arseny en agosto y le oyó “confirmar el hecho de solicitar”, y todo lo demás.

Las “misiones” de la legión que Arseny supuestamente llevó a cabo, según la investigación, se referían a “la producción y distribución de material documental”, otra frase que aparece con frecuencia en los expedientes del caso.

Las fuerzas de seguridad la utilizaron por primera vez el 31 de agosto, cuando el jefe en funciones del FSB regional, Anatoly Chernykhovsky, envió al Comité de Investigación los resultados de las actividades operativas relacionadas con Arseny. Chernykhovsky escribió que el chico se había unido a la Legión y “había cumplido su misión de producir y distribuir material documental”, lo que podría calificarse de participación en las actividades de una organización terrorista.

Los “materiales” en cuestión eran folletos que mostraban a Vladimir Putin entre rejas y que Arseny había colocado en buzones. “El FSB también intentó convencerme de que este folleto con Putin se lo había dado la Legión. Arseny dijo que no, que es un folleto que sacó de Google. Los agentes me dijeron que no, que no estaba en Google. Pero entonces lo encontré, fue lo primero que apareció en Google”, recuerda Irina.

En las páginas de la oposición rusa circula una plantilla para un folleto de este tipo desde al menos 2020.

El folleto mencionado en los archivos del caso. Foto: Mediazona

Además, las fuerzas de seguridad estaban interesadas en “material fotográfico de movimientos de trenes militares”; como cuenta Irina, su hijo hizo estas tomas desde la ventanilla del tren cuando viajaban juntos.

“Dimos explicaciones y adjunté los billetes que había comprado en la página web de los ferrocarriles rusos, en los que se veía que estábamos viajando. Les dije: ‘¿De qué hablan? No veo aquí un vagón entero de gente en juicio’. La mitad del vagón estaba haciendo fotos”, recuerda.

El juicio

A principios de octubre de 2023, el investigador envió a Arseny a hacerse un examen psiquiátrico ambulatorio en una clínica de Oriol. “Le tuvieron allí unas cuatro horas. Salió en estado de shock, sentado, sin decir nada. Al día siguiente me dijo: ‘¿Sabes lo que me dijo el psicólogo? ‘A la gente como tú hay que fusilarla si se instaura la ley marcial. Eres un paria, no tienes derecho a estudiar en la escuela, y mucho menos en la universidad'”, relata Irina Turbina las palabras de su hijo.

Añade que su hijo se sintió profundamente afectado por el caso criminal desde el principio: “El chico estaba consternado. Siempre tiene sobre la mesa la Constitución de la Federación Rusa. Me dice: ‘Mamá, ¿qué pasa con el artículo 29 (que protege la libertad de expresión)? Porque yo no he hecho nada malo, sólo está mi opinión y mi postura. No he enviado ningún cuestionario a ningún sitio, nadie me ha dado ninguna instrucción. Dice: ‘¿Por qué me tratan así?'”.

Turbina cree que en febrero el investigador Trunov se inclinó por cerrar el caso. Sin embargo, según su información, el jefe del departamento de investigación del Comité de Investigación regional, Petr Yudin, se opuso, transfirió el caso y encargó a otro investigador que siguiera adelante.

Según Irina Turbina, la nueva investigadora, Simonova, trató de demostrar que Arseny era neonazi, interesándose inmediatamente por el canal de Telegram “Occupy Shlukhofilyay”. Sin embargo, la investigadora no empezó a buscar a un “Maxim” (en referencia al nombre del propietario de esa cuenta), sino que, en abril de 2024, interrogó a cuatro compañeros de Arseny. Turbina dice que su hijo jugaba al fútbol con estos chicos. Los cuatro testificaron contra él.

Los cuatro mencionaron que Arseny a menudo iniciaba conversaciones políticas en el liceo, que durante las clases de estudios sociales “expresaba activamente su opinión”, y “decía que Putin es un ladrón” y no apoyaba la invasión de Ucrania. Los cuatro mencionaron un incidente que supuestamente ocurrió en octavo curso (segundo de secundaria) durante una clase de música: cuando el profesor salió de la clase, Arseny había tocado una canción que “criticaba al Presidente y la política del país” y se puso a bailar, pero “nadie de la clase apoyó a Arseny”.

También, según el testimonio de los compañeros, les llamó rusnya (asquerosos: nota de Underground) y sugirió dispararles o enviarles a Siberia; uno de los testigos no sabía qué significaba rusnya pero supuso que estaba relacionado con “ser ruso”.

Dos compañeros de clase afirmaron en su testimonio que Arseny “se adhería a la ideología neonazi” y que su “ídolo era el llamado Tesak”.

Irina Turbina cree que los testimonios fueron inventados. Mostró a Mediazona capturas de pantalla del chat de su hijo en las que Arseny llamaba “imbécil” a Tesak y subrayaba que era “liberal, no neonazi”.

Uno de los compañeros testigos, al hablar del “neonazismo” de Arseny, por alguna razón dijo que abogaba por el “exterminio de los ucranianos”; otros, sin ver ninguna contradicción, añadieron que Arseny se declaraba partidario de Navalny. Dos adolescentes también afirmaron que Arseny había bromeado sobre la fabricación de una bomba, pero esto no se incluyó en la acusación.

Irina cree que los testimonios se dieron a cambio de buenas notas. Tras el inicio del caso, el acoso en la escuela se intensificó, con compañeros llamando a Arseny “criminal” y diciéndole que “eligiera una celda”. En diciembre de 2023, Irina lo trasladó a la educación en casa.

A finales de mayo comenzaron los exámenes estatales. El primer día, Arseny fue cacheado a fondo y, el segundo, un agente de policía le explicó las “normas de comportamiento durante las vacaciones de verano”, relata Turbina.

El juicio ante el Tribunal Militar del Segundo Distrito Occidental duró cuatro sesiones. Durante las vistas, por consejo de su abogado, Arseny hizo hincapié en que había “cesado voluntariamente” sus actividades de oposición mucho antes de la visita de las fuerzas de seguridad: distribuyó octavillas por última vez en julio, y no publicaba en el canal “Rusia Libre” desde mediados de agosto.

El 31 de mayo fue liberado de su arresto domiciliario con restricciones y se le permitió utilizar el teléfono. Después de esto, en su página de VK aparecieron posts sobre los éxitos militares de Rusia, y su estatus rezaba “nacionalista, conservador y patriota”.

“Cambió intencionadamente todas estas fotos en VK para demostrar… Tal vez alguien lo checará, pensó”, dice Irina Turbina. “Pensamos que tendría algún impacto positivo, pero no fue así. El viernes visité a Arseny en prisión preventiva. Le dije: ‘Arseny, cambiar todo esto no tenía sentido, pero déjalo así, no sirve de nada volver a cambiarlo'”.

El 18 de junio Arseny visitó la tumba de Alexei Navalny con su madre.

Arseny no admitió su culpabilidad ante el tribunal. El fiscal pidió ocho años de cárcel.

El 20 de junio, el juez Oleg Shishov lo condenó a cinco años.

Según Irina Turbina, el veredicto conmocionó a su hijo. “Lloró mucho. No se lo esperaba. Se aguantaba y no se alteraba. Y entonces, lloró de verdad, me abrazó y me dijo: ‘Mamá, perdóname. Perdóname por decepcionarte’. Pero realmente no sabía que estaba violando nada'”, dice Turbina.

Recuerda que incluso antes de la detención, advirtió a su hijo de que las declaraciones políticas públicas en Rusia podían acarrear problemas, pero él no se lo creyó. “Me dijo: ‘Mamá, no van a venir’. Yo le dije: ‘Van a venir, Arseny, vienen por todos. Y nosotros no seremos una excepción'”, relata aquella conversación.

El grupo de derechos humanos Memorial declaró a Arseny Turbin preso político.

Esta obra está bajo licencia CC BY-SA 4.0

Otras historias