Salud mental y migración

Estamos en plena campaña política en Alemania. Y junto a la economía, el tema migratorio será el que definirá el futuro próximo de este país.

BERLÍN, Alemania.- Las cifras sobre ataques con cuchillos en Alemania estremecen: en 2023, la policía del estado federado de Renania del Norte-Westfalia registró sólo en ese estado 3.536 agresiones con arma blanca en espacios públicos, una cifra significativamente superior a la del año anterior. Y en 2024, el atentado terrorista con cuchillo en Solingen, en donde tres personas murieron y seis más resultaron gravemente heridas conmocionó a la opinión pública. Después siguieron ataques con cuchillo en Moers, Recklinghausen y Siegen. Las cifras oficiales indican que en los estados donde se contabilizan estos delitos y se hizo un seguimiento a las nacionalidades de los perpetradores, en poco más de la mitad de los casos se trató de ciudadanos sin pasaporte alemán.

Todos los casos, una tragedia sin duda.

Pero lejos de dar continuidad al discurso que criminaliza, me gustaría centrarme en el denominador común que tienen la mayoría de estos ataques, que luego de ser investigados se ha descartado tengan cualquier vínculo con el extremismo: los perpetradores son hombres refugiados psíquicamente enfermos.

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