Tortilla de harina seduce a Francia y ahora va por toda Europa

Foto de Usman Yousaf en Unsplash

El mercado europeo de este alimento llegó a un valor de 5 mil 795 millones de dólares y se espera que alcance 7 mil 688 millones de dólares hacia 2028. Este texto fue publicado originalmente en Milenio Diario el pasado 29 de septiembre.

A pesar de estar a 9 mil kilómetros, Francia es el tercer país de Europa que más se enamoró de la comida mexicana, tanto así que uno de cada tres personas de esa nación compra algún producto relacionado a esta cocina en el supermercado.

Esta es una oportunidad que detectó Deborah Torúa, mexicana que llegó a esa nación hace once años y que busca ganarse un lugar en la alacena de los hogares de Francia con el producto más emblemático de la gastronomía nacional: la tortilla.

En Europa, las ventas de tortilla crecen de forma exponencial, principalmente las hechas de harina, pues la consultora Knowledge Sourcing Intelligence apunta que el mercado en 2021 alcanzó un valor de 5 mil 795 millones de dólares y podría crecer a 7 mil 688 millones para 2028: es decir, un crecimiento promedio anual de 4.12 por ciento.

Deborah, originaria de Hermosillo, Sonora, llegó a vivir a Francia empujada en parte por el clima de inseguridad en México y la necesidad de su esposo francés de regresar a su tierra para conseguir un mejor trabajo.

Tras dedicarse en su patria adoptiva al teatro y la educación infantil, la mexicana sacó el permiso durante la pandemia para hacer en casa tortillas de harina que sólo podía vender a particulares. Con el tiempo, el negocio prosperó y decidió que ya era hora de lanzarse en la venta al mayoreo del producto, por lo que compró e importó cuatro máquinas tortilladoras de México.

Deborah llegó a Francia por la inseguridad en México y porque su esposo francés debía regresar a su país. | Foto: Cortesía

Justo por la pandemia, de acuerdo con información del medio LSA, la venta de comida considerada Tex-Mex y sus ingredientes creció 20 por ciento, esto como parte de la tendencia de los hogares de Francia por consumir comida de otras partes del mundo.

“Mis tortillas son hechas al estilo Sonora; son frescas y no contienen ni conservadores ni aditivos”, explica Torúa a MILENIO en una cafetería del poblado donde radica con su familia. Sus tortillas están hechas con harina de trigo orgánico y manteca de cerdo de la región o aceite de oliva español, también orgánico.

Con su marca, Les tortillas de Sonora, la mexicana producirá mensualmente un mínimo de 2 mil 500 paquetes que venderá en tiendas de alimentos orgánicos o de alta gama, así como en restaurantes gourmet. Cada paquete contiene 8 tortillas “tamaño taco” (entre 18 y 20 centímetros de diámetro) con un costo de 5.50 euros (poco más de 100 pesos).

Tendencia

Una característica del mercado local que favorece a la empresaria mexicana es que los franceses -y en general los europeos- están familiarizados con las tortillas de harina de trigo (o simplemente tortillas de harina).

Sin embargo, a diferencia de la hecha con harina nixtamalizada de maíz, el mercado europeo no relaciona la tortilla a base de trigo con la ancestral cultura mexicana. El consumidor local la relaciona con la comida tex-mex, el dürüm -una especie de “burrito” turco muy popular en Europa-, y más recientemente con el mal llamado “taco francés”, un platillo que ha tenido gran penetración entre los jóvenes y que nada tiene que ver con el original.

Knowledge Sourcing Intelligence explicó que crece la demanda por múltiples factores. Tiene que ver, por un lado, con el aumento en el consumo de alimentos procesados y el éxito que han tenido las cadenas de comida rápida incorporando platillos con tortilla en sus menús.

Otra de las causas es el posicionamiento que está ganando el producto como un ingrediente saludable que puede usarse en diversas recetas y preparaciones. Algunos consumidores empiezan a sustituir de vez en cuando con tortillas su consumo de pan, el acompañamiento por excelencia en las mesas europeas.

Es por ello que los fabricantes han incrementado los lanzamientos de nuevas opciones: ahora se pueden comprar tortillas de harina orgánicas, sin gluten, con nutrientes añadidos o bajas en carbohidratos.

Las máquinas de tortillas llegando al puerto de Havre, Francia. Foto: Cortesía.

Finalmente, la expansión del negocio se debe de cierto modo a la nueva ola de popularidad que la cocina mexicana y tex-mex ha ganado en Europa, sobre todo gracias a las redes sociales y a la mezcla de culturas que distingue a sus sociedades.

Y esa continua demanda a la alza ha convertido el mercado en uno altamente competitivo. En particular, la tortilla de harina ocupa una cuota de participación “mucho mayor” en Europa que en Estados Unidos, donde se reparte mitad y mitad con la de maíz, de acuerdo con la Tortilla Industry Association, con sede en el país vecino de México.

El mercado más grande para ambos tipos de tortilla es el francés, que cuenta con un pujante sector alimenticio, seguido de cerca por el español y después por el alemán y el británico.

La presencia de Gruma

Una de las empresas líderes del negocio es la mexicana Gruma, cuya marca insignia de tortilla en Europa es Mission.

Contactada por MILENIO, la empresa con sede Nuevo León afirma tener presencia “en todos los países europeos” a través de canales de ventas en cadenas de supermercados y restaurantes. Según la información en sus páginas de internet, Gruma dispone de plantas de producción en Reino Unido, España, Rusia (dos en cada país) y en Países Bajos.

Otro importante competidor en el mercado europeo es el gigante agroalimentario General Mills. La estadounidense -que generó globalmente 19 mil millones de dólares de ingresos totales en 2022- es propietaria de la conocida marca de productos tex-mex Old El Paso.

En noviembre de 2021, la multinacional anunció que se desharía de su negocio europeo de masa panadera para poder así enfocarse en segmentos “de alto crecimiento en el mercado”, como lo son -dijo- sus productos de “comida mexicana”.

La firma abastece de tortilla el mercado europeo y el de Australia con la producción que sale de sus instalaciones en San Adrián, España. Desde 2004 que se instaló ahí, Old El Paso ha cuadruplicado su productividad y, en mercados como el británico, se proclama la fabricante número uno de “alimentos mexicanos”.

No fue posible encontrar cifras públicas de ventas o ingresos de las divisiones europeas tex-mex -y mucho menos el del segmento regional de tortillas- de Gruma y General Mills. La mexicana dijo que no comunica esos montos, y la estadunidense reporta sólo de manera global sus resultados internacionales.

La que sí dispone parcialmente de esa información en su sitio web es la finlandesa Paulig, dueña de las marcas de tortillas Santa María y Poco Loco.

La empresa, que se presenta como “la líder del mercado en la categoría de productos tex-mex”, afirma que en 2021 esa línea de productos arrojó ingresos por 966 millones de euros, “que suponen un poco más de la mitad del total generado por el corporativo”, el cual también comercializa café, aperitivos y condimentos.

Con sede en Helsinki, Paulig concentra sus operaciones en Europa. Produce tortillas en sus instalaciones de Suecia y Reino Unido, y desde hace un año en la nueva planta que construyó en Roeselare, Bélgica, que requirió una inversión de 45 millones de euros.

“Nuestra ambición es duplicar nuestro negocio tex-mex en Europa, y la nueva fábrica es clave para hacerlo posible”, explicó el director ejecutivo del corporativo, Rolf Ladau, durante la inauguración de la planta donde se elaboran tortillas de trigo con y sin gluten.

La mexicana Torúa no pierde el entusiasmo frente a un mercado tan disputado. Asegura que sus tortillas de trigo con el sabor de Sonora, simplemente “no tienen competencia” en Francia; confía en que su producto, al ser uno de factura artesanal y no industrial, se ganará un buen lugar en el mercado local.

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