Octubre 23 / 21
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ERLÍN, Alemania.- La actual pandemia por coronavirus -de la cual aún está el mundo lejos de despedirse- así como los efectos cada vez más visibles del cambio climático (inundaciones si precedentes, incendios forestales incontrolables por las altas temperaturas y sequías permanentes, por mencionar solo algunos) han hecho que una parte de la población mire con ojos críticos el propio actuar humano.
Mucha gente ha caído en conciencia de que hay que actuar distinto pero pocos o casi nadie sabe cómo hacerlo. Más pocos son aquellos que están dispuestos a modificar hábitos tan preciados y valorados como, por ejemplo, los viajes. Y aunque -lo dicen los expertos- lo ideal sería que no se viajara más (la huella de carbono que dejan los viajes en avión representantes el 2% de las emisiones mundiales de carbono) está claro que eso es imposible.
Pan para el mundo (Brot for die Welt), la organización humanitaria de la iglesia evangélica alemana, elaboró la guía One Planet (Un sólo planeta) con una serie de recomendaciones para aprender a viajar con responsabilidad social y ecológicamente. Se trata, dice la ONG, de un proyecto que aporta a la transformación necesaria del turismo para una mejor vida para todos.
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