BRUSELAS, Bélgica.– El diario británico The Guardian entrevistó, en marzo de 2022, a un expolicía colombiano y a varios militares brasileños que tenían planeado enrolarse en la Legión Internacional de Defensa Territorial de Ucrania. Según ese reportaje, una empresa había reclutado una treintena de hombres por un salario mensual de 10,000 dólares.
Un reportaje más reciente de la Deutsche Welle, publicado en septiembre, recogió los testimonios de voluntarios de Chile, Argentina y Venezuela que ya habían combatido en Ucrania, cuyo gobierno, según la agencia alemana, informó que han muerto en batalla dos voluntarios colombianos y tres argentinos, mientras que, de acuerdo con «fuentes rusas», un soldado argentino, que supuestamente defendió la acerera de Mariúpol, está reportado como desaparecido.
John Marulanda es coronel de la reserva activa del ejército colombiano y consultor en seguridad y defensa, además de ser presidente de la Asociación Colombiana de Oficiales de las Fuerzas Militares en Retiro. Marulanda ha dado seguimiento al tema de los voluntarios latinoamericanos a través de sus fuentes al interior del ejército colombiano y de otros países de la región. Underground conversó con él hasta Bogotá.
-¿Qué se sabe en los círculos de la información militar de los voluntarios latinoamericanos en Ucrania?
En julio del año pasado, en Colombia se dijo que un grupo antiexplosivos de ingenieros militares saldría para apoyar y entrenar a la resistencia ucraniana. Llevaban perros y demás. ¿Qué pasó con ellos? Nunca lo supimos. No sabemos si todavía están allá -cosa que no creo con el actual presidente- o si ya se regresaron. (Sabemos que hay) presencia de brasileños y argentinos, todos enrolados en la famosa Legión Internacional. No tenemos información de mexicanos que estén allá. Pero tenemos pendiente actualizar los datos. En eso estamos.
-Pero hasta donde se sabe entre expertos, ¿sí hay participación de voluntarios brasileños y argentinos?
Hasta el momento sí. Allá han muerto dos colombianos. Uno murió peleando contra tanques rusos y otro estaba en el bando de las milicias rusas y murió en un combate. Los dos reconocidos oficialmente. La cancillería colombiana sacó un comunicado informando que estos dos ciudadanos habían fallecido combatiendo en la guerra ruso-ucraniana. Sin embargo, no tengo el registro de muertos argentinos o brasileños todavía.
-¿Usted ha identificado voluntarios de otros países latinoamericanos?
Hasta donde yo sé había algunos brasileños y algunos argentinos. Tengo a mi equipo ahora mismo averiguando si hay mexicanos y peruanos, que son los que más participan en este tipo de conflictos. Todos ellos provienen de países donde tienen mayor formación militar.
-¿Y cuál es el perfil de estos voluntarios? ¿Encontramos de todo un poco?
Fuera de los que oficialmente se anunció que partían a Ucrania, y que fueron porque es su deber, los que van allá son retirados o del servicio militar, hombres que conocen de armas.
-Usted mencionó antes que un colombiano murió al lado de las milicias rusas. ¿Se da también mucho el caso de latinos combatiendo con los rusos?
No. No hay mucho entusiasmo por defender a los rusos.
-¿Cuál es la función que cumplen estos voluntarios? ¿Están en la línea del frente o juegan más un papel propagandístico del gobierno de Ucrania para afianzar su narrativa sobre el apoyo internacional?
Ellos cumplen varias funciones. Algunos están en primera línea y otros están, como usted lo menciona, haciendo propaganda en una posición más cómoda. Pero todos están defendiendo a Ucrania de la invasión rusa.
-No hay manera de saberlo con precisión, por obvias razones, pero en algunos medios incluso se habla de «decenas» de voluntarios latinoamericanos en Ucrania. ¿A usted le parece factible esa estimación de «decenas»?
No lo creo tanto así. Son pocos. No son montones. Es verdad que no hay un criterio de selección para reclutarse. «¿Sabe empuñar un arma? ¿sabe disparar? Venga para acá. Si no se quiere meter (al combate), salga de aquí». Y lo evacuan. Aún así no es como dice la prensa que son «decenas» de latinoamericanos involucrados en la guerra.
-Insisto en que no hay manera de dar números precisos del número de brigadistas latinos en Ucrania, pero por su experiencia, ¿cuál sería su estimación?
Es muy difícil hacer un estimado. Pero yo diría que máximo una docena podrían estar participando en el conflicto.
-En un medio alemán se hace referencia a «fuentes rusas» que habrían asegurado que en uno de sus ataques murieron 19 voluntarios brasileños. ¿Qué opina de esta información?
Yo la conocí en su momento. No creo que llegue a ese número los brasileños muertos en el conflicto. Sí se han dado bajas brasileñas, pero no deben pasar de cinco. Y más que víctimas de las tropas rusas, han sido víctimas del grupo Wagner, que son los mercenarios de Putin.
-Pareciera, en todo caso, que se quieren mantener ocultas las muertes de los legionarios latinoamericanos, sean las que sean…
Ucrania mantiene con mucha reserva la participación de extranjeros, especialmente latinoamericanos. No está en su interés difundirlo. Y los latinos que están haciendo allá la guerra lo hacen motu proprio, sabiendo que se pueden morir en cualquier instante. A los ucranianos les interesa mostrar que hay apoyo de la OTAN y de los europeos, pero Latinoamérica es de alguna manera ajena, entre comillas, a ese conflicto.
-Las embajadas de Ucrania implementaron un sistema para canalizar a los voluntarios. ¿Qué piensa de este dispositivo de postulaciones?
Aquí tenemos en Colombia una guerra que lleva 60 años. Es muy difícil que alguien quiera irse a pelear una guerra que no es la suya. Eso no tiene ningún sentido patriótico.
-¿Y dónde queda el factor ideológico o de la mala conciencia? Los testimonios de voluntarios brasileños o estadounidenses que hay en la prensa señalan que decidieron tomar las armas por Ucrania para luchar contra el comunismo o porque las imágenes de las atrocidades cometidas por el ejército de Putin contra la población civil los indignaba…
Eso nos indigna a todos. Ya cada quien tendrá su amor patrio para ir a defender la causa ucraniana.
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