La ruta del fentanilo: México y China cierran los ojos

Agosto de 2018. El entonces presidente electo recibió en la casa de transición al embajador de China, Qiu Xiaoqi. Foto: Prensa AMLO.
Los cárteles mexicanos pagan en capital o con fauna silvestre el fentanilo y los precursores que importan desde China, donde también una intrincada red de compañías es capaz de lavar dinero sucio del narcotráfico sin que las agencias estadunidenses antidrogas lo detecten. A pesar de ello, la investigadora Vanda Felbab-Brown advierte que la cooperación entre los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Xi Jinping en la materia “es mínima o esporádica”.

Shanghái/Shenzen, China.- Pequeñas y medianas embarcaciones procedentes de China llegan casi todos los días al norte de Laos, cerca de la frontera con Myanmar y Tailandia. Esta zona es conocida como el Triángulo Dorado del Sudeste Asiático, y es en donde empresarios del ramo farmacéutico y criminales chinos, indios y de otras nacionalidades comercian un producto muy buscado: el fentanilo.

El pago por adquirirlo se realiza generalmente con dinero al contado, en dólares o euros, que posteriormente es “lavado” por las empresas farmacéuticas -o de otros sectores- establecidas en China. Sin embargo, también hay traficantes que prefieren ser remunerados con fauna silvestre exótica, animales en peligro de extinción como jaguares, maderas preciosas como el palo de rosa, y especies marinas consideradas afrodisíacas o muy apreciadas por los chinos como la totoaba, el pepino de mar, el abulón y los tiburones.  

A cambio de estos productos, que extraen ilegalmente de México, el Cártel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación (CJNG) logran obtener fentanilo y otros precursores químicos en la zona del Triángulo Dorado, haciendo imposible a las autoridades seguir “la ruta del dinero” para identificarlos.

En el caso de estas sustancias ilegales, las tríadas chinas (grupos del crimen organizado de aquel país) no dominan su producción ni su contrabando. De ello están a cargo múltiples actores criminales chinos, desde pequeños clanes familiares especializados hasta empresas establecidas que también realizan diversas actividades lícitas con la delincuencia organizada, explica a este reportero Vanda Felbab-Brown, investigadora en crimen organizado internacional del Brookings Institution de Estados Unidos.

Flujos ilegales de fentanilo desde China hacia Estados Unidos por varias rutas. Mapa: US Government Accountability Office.

La experta lleva varios años rastreando la venta en China de los componentes de base que en laboratorios clandestinos de México son convertidos en fentanilo que luego exportan los cárteles a Estados Unidos, país donde este poderoso opiáceo causó la muerte por sobredosis a 110.000 personas en 2022.

El pasado 31 de marzo, Felbab-Brown presentó al Congreso estadounidense y a la Casa Blanca los resultados de una investigación -titulada El papel de China en la crisis del fentanilo– en la que documenta el trasiego de fentanilo y sus precursores desde Asia hasta México para abastecer a los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.

Los compradores

Las respuestas son las mismas en los mercados negros de Shanghái y Shenzen cuando se pregunta dónde se puede comprar fentanilo: “En cualquier farmacia se venden pequeñas cantidades, pero sacarlas del país es complicado; para más, hay que ir a Laos”.

Los cárteles mexicanos, que dominan el tráfico y la distribución del fentanilo en Estados Unidos, son también los principales clientes de las redes criminales chinas que venden esta droga y sus precursores.

Triangulo Dorado del sureste asiático. Google Maps.

No obstante, especialistas como Felbab-Brown observan que la cooperación antidrogas entre China y México es mínima. Al igual que con Estados Unidos, el gobierno de Pekín rechaza la corresponsabilidad y enfatiza que los controles y la aplicación de la ley son asuntos de los que deben ocuparse las propias autoridades aduaneras y de seguridad mexicanas.

Los criminales chinos ejercen un papel cada vez más importante en el lavado del dinero de los cárteles y grupos delincuenciales mexicanos tanto en América Latina como en Europa. Ello con ayuda de compañías de su país en China, Estados Unidos e incluso México, así como de sistemas informales de transferencias de fondos también de origen chino.

No está claro qué porcentaje de las ganancias ilícitas de los cárteles se reintroduce al circuito legal a través de tales redes chinas. 

La Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito estima que los ingresos mexicanos por exportación de drogas oscilaron entre 6.000 y 21.000 millones de dólares anuales entre 2010 y 2018. En todo caso, los agentes antinarcóticos estadunidenses temen que la efectividad de los canales chinos de capital ilegal sea tal que incluso ya esté desplazando a los sistemas mexicanos y colombianos establecidos y alejando aún más de su alcance los flujos de dinero de los cárteles.

De acuerdo con la información que presentó Felbab-Brown al Congreso estadunidense, el Cártel de Sinaloa y el CJNG llegaron a contratar a una de estas redes chinas de lavado de dinero. 

Este tipo de intermediarios en su mayoría consiguen eludir los controles bancarios de Estados Unidos y México contra el blanqueo de capitales. La razón: la única interconexión con el sistema bancario formal tiene lugar en China, en el que las agencias de vigilancia de Estados Unidos tienen poca o ninguna capacidad de observación.

Así, mediante el uso de plataformas encriptadas y teléfonos desechables codificados, los contadores del narcotráfico mexicano transfieren grandes sumas de dinero a sus contactos chinos, quienes a su vez las depositan en instituciones chinas con sede en Estados Unidos y con cuentas bancarias en China. A través de una aplicación telefónica transfieren entonces desde esas cuentas a otras el monto en yuanes, sin pasar de ese modo por el pago de las tarifas bancarias y el escrutinio de Estados Unidos.

“Los lavadores de dinero chinos luego realizan ‘transacciones espejo’ similares para convertir los yuanes en pesos, utilizando compañías chinas con cuentas bancarias mexicanas”, explica Felbab-Brown.

Vida silvestre como moneda

Otra manera de blanquear dinero sucio es usar como moneda de cambio ejemplares de la fauna silvestre, maderas, bienes raíces, criptomonedas, casinos y dinero en efectivo a granel (múltiples depósitos en pequeñas cantidades). Por su propia naturaleza, tampoco está claro qué porcentaje representa cualquiera de estos métodos en el lavado de dinero total.

“Es posible que el valor generado con los pagos de vida silvestre, probablemente de decenas de millones de dólares, no cubra el total del costo de los precursores de fentanilo”, refiere la investigadora del Brookings Institute. Precisa que “este trueque no puede desplazar otros métodos de pago y lavado”, pero que su creciente papel puede provocar la devastación de los ecosistemas naturales y la biodiversidad en México. “Los cárteles -dice- buscan más y más pagar los precursores de drogas con una mayor variedad de especies animales y vegetales”.

La investigadora Vanda Felbab-Brown. Foto: Wikipedia

Dado que los grupos criminales mexicanos controlan extensos territorios del país, éstos se convierten en zonas prohibidas para el gobierno y los defensores medioambientales. El conocimiento sobre la caza furtiva, la tala ilegal y el tráfico de vida silvestre es limitado. Sin embargo, es probable que estas prácticas contrarias a la ley -y el tráfico hacia China- sean más generalizadas de lo que se estima.

Felbab-Brown expone que el gobierno de Xi Jinping rechaza la responsabilidad de su país al respecto, e insiste en que la solución a estos problemas incumbe únicamente al gobierno mexicano. La cooperación en esta materia -añade- “ha sido mínima y esporádica, así como informal y caso por caso”.

La investigadora afirma que las regulaciones de protección ambiental mexicanas han sido debilitadas durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, sin importar que los recursos naturales del país están cada vez más amenazados por el crimen organizado y los traficantes de fauna silvestre.

Comenta: “Los organismos ambientales de México carecen de mandatos, personal y equipo para prevenir y detener los delitos concernientes. Los funcionarios gubernamentales, los comerciantes legales de vida silvestre y las fuerzas policiacas son sistemáticamente corrompidos e intimidados por los cárteles. El deficiente Estado de derecho facilita la caza furtiva, la tala clandestina y el tráfico de vida silvestre a China.

“El presidente López Obrador -prosigue Felbab-Brown- niega falsamente que el fentanilo se produzca en México. Al culpar de su consumo en Estados Unidos a la decadencia moral y social, y a que los padres no abrazan lo suficiente a sus hijos, el presidente niega también que el fentanilo sea cada vez más consumido en México”.

En su diagnóstico, este tipo de declaraciones de López Obrador hace eco de la retórica negacionista del gobierno chino. Pero también con ellas “desestima públicamente dos décadas de una política de corresponsabilidad entre Estados Unidos y México en la producción, tráfico y consumo de drogas”.


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