Mayo 08 / 21
BERLÍN, Alemania.- El 14 de febrero de 1939 Adolfo Hitler llegó al puerto de Hamburgo para encabezar la botadura del acorazado Bismark, el primer gran buque de guerra alemán de 35 mil toneladas construido por trabajadores de la armadora de barcos Blohm & Voss; ese mismo buque que dos años después, en plena Segunda Guerra Mundial, se hundiría con los más de dos mil hombres que conformaban su tripulación luego de una histórica persecución de la marina británica.
El hambre de guerra estaba exaltada en ese momento en la Alemania del Tercer Reich y era común en eventos de este tipo -la puesta en el agua por primera vez de buques- la presencia del líder nazi. El de esta fecha fue catalogado como una celebración de Estado y la ciudad entera se preparó para el festivo acto.
Del magno evento quedó registrada una foto en la que se observa a cientos de obreros y empleados concentrados en el terreno del astillero alemán haciendo el clásico saludo al Führer con el brazo derecho extendido hacia arriba. De entre la multitud, sin embargo, sobresale una persona que no lo hace: bien plantado y con los brazos cruzados, el hombre mira con rostro adusto, en dirección hacia donde se presume se ubica el podio, que no es visible en la fotografía.
SUSCRÍBETE PARA SEGUIR LEYENDO ESTA NOTA