Las que llegaron a cuidar… y a cambiar el color de la ciudad

Foto: Camilo Berstecher Barrero

Entre 2021 y 2024 llegaron a los hospitales más importantes de las ciudades alemanas de Saarbrücken y Homburg cerca de 200 enfermeras y enfermeros provenientes de México con la tarea de “rescatar” el sistema de salud alemán. El gigante económico europeo sufre un grave déficit de personal médico y de enfermería y muchos estados federados alemanes comenzaron a reclutar personal sanitario mexicano gracias a diversos acuerdos firmados entre ambos países. El cineasta colombiano Camilo Berstecher Barrero acompañó durante casi cuatro años a tres generaciones de estas enfermeras y enfermeros que dejaron su país para instalarse en Saarland, el estado federado alemán más pequeño del país. El resultado, el documental “Gekommen um zu pflegen” (Vienen a cuidar), que retrata la travesía de algunas de estas mujeres en busca de oportunidades laborales y de una vida mejor.

Fue un día durante el 2021 cuando Camilo Berstecher Barrero se encontró en el periódico local de la ciudad de Saarbrücken, Alemania, con la noticia de que enfermeras mexicanas llegarían al hospital más grande de la capital del estado y al de Homburg. De inmediato supo que tenía que hacer algo con esa información.

“Cualquier movimiento migratorio en la ciudad se nota de inmediato y este en especial que tiene que ver con Latinoamérica me interesó para retratar”, explica Berstecher Barrero en entrevista con Underground Periodismo.

Así que puso manos a la obra y se acercó al personal del centro clínico de Saarbrücken para plantear su intención de documentar la llegada a la ciudad de las enfermeras mexicanas. El jefe de personal del nosocomio, Thomas Hesse, le brindó -recuerda el joven cineasta de origen colombiano- toda la confianza y libertad para contactar y hablar con las enfermeras que llegaron en un primer grupo. Después vino un segundo grupo e incluso un viaje a México en donde Camilo Barrero pudo seguir de cerca el proceso de reclutamiento y la complejidad de una migración que, como cualquier otra, implica dejar casa, familia, amigos, costumbres, comida y un idioma y cultura propios.

El proceso de reclutamiento en México. Foto: Camilo Barrero

Barrero recuerda el impacto que causó en él la fuerza tan grande que vio en muchas de las enfermeras al tener que dejar a sus familias, incluidos hijos pequeños, y -determinadas- a viajar a un país geográfica y culturalmente tan alejado del cálido México.

“Son se verdad -estima- como lo dijo en algún momento el expresidente mexicano, verdaderas heroínas al decidir dejar su país”.

“Fueron tres generaciones de enfermeras que acompañé en la medida de las posibilidades que ellas mismas me daban. Porque para ellas también resultaba agotador: llegar a un país distinto, adaptarse a su nueva vida y al trabajo y estabilizarse para poder traer después a sus familias. La vida de cada una de ellas cambia tan rápido que es imposible seguir todo el proceso completo de cada una. Así que el documental cuenta pedacitos de historias en distintas faces del proceso”, explica.

“Las enfermeras son las personas que realmente están con el paciente. Son las que te ayudan a hacer lo que no puedes hacer. Te escuchan más, tienen más tiempo para ti. Saben lo que tú necesitas y sí, los medicamentos te hacen sentir mejor, pero ellas también te escuchan y están al tanto de todo de ti. De lo médico y también de tus emociones. Porque nosotras damos un cuidado holístico. Porque la salud no sólo es la ausencia de la enfermedad sino el equilibrio de nuestra mente y cuerpo”, explica convencida la enfermera Jacqueline Fernández con una voz suave y cálida frente a la cámara.

“Las enfermeras están para el paciente”, Jaqueline Fernández. Foto: Camilo Barrera

Y sí. La mayoría de las enfermeras mexicanas, al menos las que llegan hasta Alemania, llegan con una concepción del trabajo que no coincide con la del sistema alemán: frío y distante, originado en parte por la enorme cantidad de trabajo y el gran déficit de personal.

Camilo Barrero refiere cómo muchas de ellas le contaron el schock que han sufrido cuando al llegar a Alemania sus colegas les piden que simplemente atiendan con rapidez a los pacientes y listo. Pero en México no es así. “Las enfermeras están ahí para escuchar”, dice él convencido.

“Cada vez que me encuentro con alguien que fue atendido por una enfermera mexicana, es una persona que termina enamorada de la cultura latinoamericana. Siempre dicen: ‘¡qué persona tan amable, tan linda!’; me dicen que nunca habían conocido a alguien así. Uno hasta pregunta: ¿con quién te encontraste? Pero es simplemente que la forma de ser de las enfermeras mexicanas es única”, refiere.

Con menos de 200 mil habitantes, Saarbrücken es la capital de Saarland, el estado federado más pequeño de Alemania. Aproximadamente a 30 kilómetros de distancia se encuentra Homburg, la tercera ciudad en importancia y con poco más de 43 mil habitantes. Así es que, como Camilo Barrero menciona, la presencia de las enfermeras mexicanas -jóvenes en su totalidad- no pasa desapercibido por esta región.

-¿Cómo se nota esta presencia?

-Además de ser cineasta, organizo eventos culturales en la ciudad. Nunca había encontrado un sitio que nos abriera las puertas para organizar eventos con la comunidad latinoamericana. Pero desde que llegaron las enfermeras, los restauranteros y los dueños de discotecas se han empezado a dar cuenta que hay más gente latina y que ésta jala a su vez a más latinos y también a alemanes, quienes simplemente se enamoran de la cultura latina.

Recuerda cómo logró que una discoteca le permitiera armar una primera fiesta. Esa vez, dice, se hizo una taquiza porque las enfermeras oriundas de Oaxaca decidieron cocinar. La fiesta se armó y a determinada hora de la noche hasta la policía tuvo que llegar debido “a la bulla” que se armó.

De ahí en adelante, continúa Camilo Barrero, una discoteca les abrió permanentemente las puertas y cada mes organizan una fiesta latina ahí.

Fiesta mexicana en Saarbrücken. Foto: Camilo

No sólo eso. El colombiano asegura que algunos restaurantes de la ciudad ya han adecuado sus menús para las nuevas habitantes de la ciudad, ofreciendo menús mexicanos y cada vez más discotecas organizan ya fiestas latinas.

Incluso la única tienda de productos latinos de la región, hoy por hoy no se da abasto.

“Recuerdo que siempre tuvieron un par de productos mexicanos, pero ahora sólo venden productos mexicanos. Y además se acaban de inmediato. Si uno va por tortillas nunca hay porque llegan las enfermeras a comprarlo todo. En ese sentido, se nota mucho su presencia. Y sólo hablamos de las 200 personas del hospital de Saarbrücken y del hospital universitario de Homburg, pero a otras regiones de Saarland, a asilos y clínicas pequeñas, han llegado más enfermeras mexicanas”, asegura.

Dentro de las reflexiones que Barrero hace en torno a la presencia de las y los trabajadores de la salud mexicanos en Saarland quizás la más importante tiene que ver con lo complejo que es la adaptación a la nueva cultura, pero también con la calidad de vida, en materia de seguridad, que casi de forma inmediata cada una de ellas y ellos siente de este lado del mundo.

“Casi todas comienzan a vivir esta vida sin miedo. Comienzan a disfrutar ese sentimiento de seguridad que es salir solas. Otro shock positivo es ver a la gente disfrutar de su tiempo libre: salir a tomar un café. No tener más la necesidad de dos trabajos para tener una vida más aceptable, sino que con uno sólo les alcanza para cubrir todas tus necesidades”, concluye.

*Camilo Barrero desea que Gekommen um zu pflegen llegue a la mayor cantidad de salas de cine alemanas. Mientras eso sucede, les dejamos acá el trailer del documental.

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