Fui a México en busca de unas pastillas falsificadas que contenían fentanilo mezclado. Se suponía que la mafia balcánica las introducía en Europa del Este. Conocí a un cocinero de fentanilo en el estado mexicano de Sinaloa. Me puse en contacto con vendedores de los precursores de esta droga en China. Hablé con algunos cultivadores de opio afganos y con muchos expertos en el mercado de los estupefacientes y la seguridad pública. En esta investigación en cuatro partes, busco respuestas a la pregunta: ¿Está Europa amenazada por una crisis de fentanilo?
A continuación, la segunda parte (Aquí puedes leer la versión en inglés).
➜Aquí puedes leer la primera parte: “Puedes ‘cocinar’ fentanilo tan fácilemente como un caldo”.
Por Szymon Opryszek
Con autorización de OKO Press de Polonia
Chucho, un cocinero de fentanilo al que conocí en una verdulería a las afueras de Culiacán (México), me tarareó la canción “El Niño Perdido”.
“Desde pequeño se fugaba sin saber a dónde ir. Tenía el alma fuera de lugar. Era como todos, pero nadie como él”.
Es uno de los populares narcocorridos, canciones tradicionales mexicanas que ensalzan la vida de los gángsters. Chucho buscaba en su teléfono más canciones en el YouTube mexicano, porque sin ellas yo no entendería las entretelones del negocio del narcotráfico.
Le pregunté si Europa estaba amenazada por una crisis de fentanilo, pero Chucho tarareó más narcocorridos. ¿Es que no lo sabía? ¿No quería decírmelo? ¿Le aburrían mis preguntas?
“Un auténtico narco. ¡Compró una avioneta! Y por 250.000 dólares”, interrumpió el jefe de la verdulería. “Al tipo le gusta coger. Bueno, Chucho, ¡dinos cómo tratas a esas mujeres tuyas! Tiene cuatro chicas, ¿¡puede creerlo!? ¿Cuántos hijos tiene, tres?”.
Chucho se limitó a sonreír y volvió a su teléfono. Pasó las fotos de sus chicas como en una aplicación de citas: claro, pechos falsos; claro, maquillaje cargado; claro, tacones altos y bolso de Gucci.
Como si quisiera demostrar que es el tipo de persona que un periodista europeo querría ver.
Intenté averiguar quién era el tipo que cocinaba la muerte todos los días. Me pregunté en voz alta si alguna vez había dormido a sus hijos. ¿Les canta narcocorridos en vez de arrullos? ¿Van a rezarle a Jesús Malverde, el santo local, los domingos por la mañana?
Visité la capilla del patrón de los narcotraficantes mexicanos, como me sugirió el cocinero. En el centro de la ciudad, casi frente a las oficinas del Estado, los fieles encienden velas, rezan y ofrecen billetes de dólar al santo. Frente al edificio hay un puesto de souvenirs. Estaba mirando gorras de “El Chapo” cuando la vendedora me preguntó amablemente si me gustaba el “santo más nuevo”. Y entonces me entregó una gorra de béisbol con el número 701. Porque Forbes situó al barón mexicano en el puesto 701 del ranking de las personas más ricas del mundo en 2009. Hoy, “El Chapo” cumple cadena perpetua en una prisión estadounidense.
Y me pregunté si tal vez Chucho lleva a los niños a pasear en su razer, como llaman en Culiacán a los vehículos todoterreno con suspensión elevada. Coloridos y ruidosos, con narcorridos que suelen sonar a todo volumen por altavoces externos, atraviesan el bastión del cártel, para desaparecer tras el alambre de púas extendido alrededor de los muros de residencias exclusivas.
También ignoró en silencio el tema de los niños. Sacudió la ceniza de su cigarrillo y tarareó el estribillo: “Era como todos, pero nadie era como él“.
“Dios siempre cuida de mí y de mi sombrero“
Me preguntaba si los narcocorridos hablan realmente del mundo de las bandas. ¿Siguen a los contrabandistas? Si se escucha atentamente la letra, ¿se puede oír que hablan de ajustes de cuentas, alianzas, traiciones y posiblemente incluso de pastillas azules de fentanilo?
“Los corridos siempre han sido crónicas vivas de los pueblos mexicanos. No tenían nada que envidiar a los periódicos», explica el investigador José Manuel Valenzuela, autor del libro “Corridos tumbados: Bélicos ya somos, bélicos morimos”.
Utilizaban un doble lenguaje para describir acontecimientos que marcaban a nuestra sociedad: decisiones políticas, batallas entre barones de la droga, así como entre jefes de sustancias ilegales. Durante la prohibición, los mexicanos escuchaban corridos de tequila. Las canciones creaban narrativas, ayudaban a la gente a entender la realidad que les rodeaba. Creaban héroes de una identidad colectiva. Y en este sentido, aunque el mundo haya sido tomado por TikTok e Instagram, nada ha cambiado.
“¿También hablan del fentanilo?”
“Claro, pero recuerda que el poder de los corridos está en las alusiones”, dijo Valenzuela. Intentó enseñarme a leer entre líneas las letras de las canciones. Aprendí que “la flor más bella” es una amapola para producir opio, “cuernos de chivo” son Kalashnikovs, y el “701” de una de las canciones es una clara referencia a “El Chapo”. Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador del cártel de Sinaloa, es el “hombre del sombrero”.
Fue capturado por los estadounidenses en julio. Hubo agitación en el estado de Sinaloa. Los Chapitos, hijos de El Chapo y compañeros de armas del anciano El Mayo, iniciaron una batalla entre sí. Al día siguiente de mi encuentro con el cocinero en Culiacán, me desperté con un mensaje del gerente de la verdulería preguntándome si estaba a salvo. Me aconsejó que esperara en el hotel unas horas hasta que se calmara la situación. Ese día se produjeron brutales enfrentamientos por el control del tráfico de drogas, incluido el de “botones azules”, como llama uno de los cantantes al fentanilo.
“El lenguaje de los corridos evoluciona constantemente, pero es un reflejo de la realidad. Los narcotraficantes salieron de la clandestinidad en los primeros diez años del siglo XXI, debido a la guerra contra los cárteles emprendida por el gobierno del Presidente Felipe Calderón. Los cadáveres se amontonaban. Se notaba en el lenguaje cada vez más brutal de los corridos, que cantaban directamente sobre el asesinato, la sangre, la traición y el odio a los rivales”, me explica Valenzuela. “Al fin y al cabo, las canciones son un elemento de la narcocultura; participan en la construcción de un significado del mundo. No sólo crean héroes, sino que también glorifican la vida loca, la violencia y el tratamiento de las mujeres como ‘trofeos’. Por eso son una narrativa tan seductora para millones de jóvenes mexicanos”.
Hoy, todo el país escucha a Peso Pluma, un vocalista que no sólo ganó un premio Grammy, sino que también figuró en la famosa lista de temas recomendados de Barack Obama. Se convirtió en un ícono, a pesar de que algunos de sus videos musicales se realizaron en las exclusivas residencias de Los Chapitos, y no se puede descartar que se hicieran a petición de los narcos.
A menudo se ordena a los cantantesde narcocorridos que canten las alabanzas de los barones de la droga: una de las estrellas del género admitió recientemente que había recibido 25.000 dólares de los cárteles por una canción, y eso no es en absoluto una tarifa discográfica.
El cocinero Chucho aún no tiene su propio narcocorrido. Cuando se lo pregunté en broma, empezó a soñar despierto. Nos preguntamos de qué trataría una canción así. ¿Sobre cocinar fentanilo en laboratorios escondidos en las montañas? ¿Sobre no tener miedo a la muerte? ¿Sobre sobornar a la policía? O quizá sobre el hecho de que un chico corriente de ciudad se compró una avioneta y se ligó a cuatro chicas gracias a sus habilidades para la cocina.
“¡Y eso ocurrió de golpe! No lo parece, ¿verdad?”, dijo entusiasmado el jefe de la verdulería, que había acordado nuestro encuentro y estaba escuchando nuestra conversación.
Una canción sobre la guerra entre la Pizza y el Sombrero
Le conté a Alejandra León Olvera, investigadora de narcocultura de la Universidad de Querétaro, sobre el encuentro en la verdulería.
“Un típico buchón“, sonrió.
“¿Qué significa eso?”
“Hace un tiempo, este término, bastante peyorativo, se refería a los campesinos que vivían del cultivo de marihuana. Vestían camisetas de satín con gallos y sombreros de ranchero, como los narcos de los 90. Hoy, un buchón es un hombre de éxito, gracias a las redes sociales. Vive en el lujo total: esos coches trucados, música ostentosa, villas con piscina, las marcas más caras de ropa y una pléyade de mujeres hermosas. Puro hedonismo, una vida de espectáculo, un ejemplo perfecto de un narco“.
“¿Para qué les sirve?”
“La idea del dinero fácil se ha convertido en el principal elemento de comunicación entre los cárteles y la gente”, dice León Olvera. “La narcocultura no es sólo una moda, es también uno de los elementos para construir un mito. Así les dicen a los jóvenes: ‘¡Miren, esto es lo que la vida les ofrece!’. Esto no sólo se aplica a los hombres. Las mujeres caen en la misma trampa, un ejemplo es la ‘narcoestética’, la afición a la cirugía plástica para convertirse en una buchona influyente”.
David Saucedo, estratega electoral y experto en seguridad de México, cree que la narcocultura debe tratarse como uno de los cuatro pilares del poder de los cárteles.
“Tienen sus brazos armados, un paraguas que les protege de los políticos corruptos, una válvula de escape de servicios pagados: la policía, el ejército y la marina, pero también una especie de capital social creado por las inversiones en la narcocultura en sentido amplio”, subraya Saucedo. “Están cerca de la gente, utilizan herramientas de comunicación que llegan a todo el mundo y son atractivas. En muchos ámbitos, sustituyen al Estado. Por ejemplo, durante la pandemia, los gángsters proporcionaron desinfectantes y mascarillas a los residentes más pobres”.
La narcocultura no es sólo una herramienta para ejercer el poder en la región. También se utiliza para reclutar personal regularmente escaso.
La revista Science investigó el mercado laboral y descubrió que los cárteles mexicanos emplean a un total de 175.000 personas, más que el gigante de la industria alimentaria, Oxxo, y la empresa estatal de combustibles, Pemex. Hay que tener en cuenta que pierden una media de doscientas personas al mes por enfrentamientos armados o detenciones por parte de las fuerzas del orden. Los departamentos de contratación tienen que mantenerse al día con el espíritu de los tiempos, así que ofrecen puestos de trabajo en los comentarios bajo los videos musicales, con la ayuda de hashtags bajo los videos de TikTok, o en anuncios de Facebook. Utilizan códigos en lugar de palabras. “Una empresa con cuatro letras está contratando”, es la abreviatura de CNGJ, el cártel de Jalisco.
El mensaje suele estar codificado en emoticones. Al día siguiente de mi entrevista con Chucho, cuando estallaron los enfrentamientos en el estado de Sinaloa entre las facciones del cártel que estaban en disputa y murieron cuarenta personas en los primeros once días, los medios de comunicación escribieron sobre el enfrentamiento entre “Pizza” (Los Chapitos) y “Sombrero” (por el sombrero de El Mayo), utilizando los emoticones apropiados.
“En muchos estados, sobre todo en el norte del país, es completamente normal que los jóvenes se ganen la vida con el narco. Porque eso es lo que hicieron sus hermanos, padres y abuelos”, dice el investigador León Olvera. “Cuando eres joven, escuchas: ‘Alrededor sólo hay violencia y pobreza, pero tú puedes ser alguien’. Puedes tener éxito, puedes tener dinero, y eso te da poder. ¿Por qué no empiezas a traficar con fentanilo? Incluso a Europa”.
“Me llaman el Señor del Fentanilo“
Durante la entrevista con Chucho, me di cuenta de que estaba haciendo la pregunta equivocada.
¿Europa está amenazada por una crisis de fentanilo? Pero, ¿qué le importa eso al cocinero, aquí en los suburbios de Culiacán?
Cuando ambos nos conocimos al principio de la entrevista, intercambiamos algunos comentarios futbolísticos sobre Robert Lewandowski. El cocinero sabía todo lo que podía sobre Europa gracias a internet: “que (Europa) obligó a Rusia a ir a la guerra”.
Tras varios intentos, me di cuenta de que la pregunta debía formularse de otro modo: “¿Se puede ganar dinero con Europa?”.
Chucho colgó inmediatamente el teléfono. “Una pastilla en México cuesta tres pesos. Casi nada. En Estados Unidos puedes vender la misma pastilla por el equivalente a cincuenta pesos. Un margen de beneficio enorme, ¿no?”.
Asentí con la cabeza.
“¿Ves? Y sabes que la misma píldora en Australia se vende a doscientos. Se han enamorado de ella. ¿Y en Europa? No sé, seguro que alguien la está transportando allí, pero Australia es el mejor negocio ahora mismo”, afirmó Chucho y volvió a su teléfono. “¿Conoces al grupo Los Tigres del Norte? Seguro que sí”.
Y me puso una canción de YouTube. (Cinco cantantes con trajes tradicionales siguen a un tigre por las calles y se lamentan ante la cámara).
“Bueno, ok, y si pidiera un envío de pastillas M30 a Europa, ¿las enviarías?”.
“Claro, tenemos personal para eso”.
“¿Cómo las envían?”
“Depende de la cantidad. Un puñado de pastillas para probarlas, por correo. Y si quiere más, las metemos en un contenedor”.
“Puros botones azules son los que meneo yo”
“¿Puede ser eso cierto?”, le pregunté a David Saucedo, el ya mencionado analista de seguridad. Le conté la historia de la que había partido mi investigación.
En la ciudad mexicana de Tapachula, alguien que traficaba con migrantes del Cáucaso y Asia Central hacia Estados Unidos me había hablado de unas pastillas falsificadas con fentanilo que la mafia balcánica, en connivencia con el cártel de Sinaloa, distribuía supuestamente en Bulgaria y Rumanía, entre otros lugares. Y ahora Chucho me hablaba de un cargamento de droga, como si me estuviera enviando una postal desde México.
Saucedo: “Claro que es posible. Los cárteles llevan más o menos veinte años utilizando las mismas rutas hacia Europa. Sólo cambia el producto”.
“¿Ahora es fentanilo?”
“No necesariamente. Sabemos que sólo se envían a Europa dos formas de esta sustancia: polvo y pastillas falsificadas. Pero el porcentaje de envíos es insignificante comparado con el volumen de envíos de cocaína. El fentanilo ‘europeo’ también está más diluido que el destinado al mercado estadounidense. Suele mezclarse con otros estupefacientes para darles mayor poder alucinógeno. Se trata más de casos individuales que de una tendencia. Hay dos preguntas clave en este negocio: ¿qué espera el cliente y qué merece la pena?”.
Si hemos de creer al Informe Europeo sobre Drogas 2023, los clientes del Viejo Continente están contentos con la cocaína. Casi 2,3 millones de europeos de entre 15 y 34 años la han probado al menos una vez. Mientras que el consumo de cocaína en Estados Unidos lleva más de una década disminuyendo, en el Viejo Continente ha ido en aumento. La pureza de la droga también va en aumento.
Europol ya reconoció en 2013 que el cártel de Sinaloa y el rival Cártel Jalisco Nueva Generación son los “coordinadores” del tráfico mundial de cocaína. Se han centrado en el envío de cocaína producida en Colombia, Perú y Bolivia desde principios de la década de 2000. Hoy en día, Sinaloa es probablemente el mayor proveedor al por mayor de Europa. ¿Por qué precisamente cocaína? Lo determinan la demanda y el precio: un kilogramo de cocaína se vende en Europa Occidental por unos 60.000 dólares, el doble que en Estados Unidos.
“El contrabando de fentanilo a países distintos de Estados Unidos es todavía un fenómeno inexplorado. Este cocinero suyo menciona Australia, pero no hay pruebas concretas de que exista un contrabando organizado. Lo mismo ocurre con Europa. Lo primero que deberían hacer los servicios es rastrear las rutas existentes”, subraya Saucedo.
Según el analista, las incautaciones son clave, porque permiten conocer las rutas y el mercado de venta. Las cantidades récord de cocaína incautadas en Europa en los últimos años proceden principalmente de envíos “en contenedor”, por vía marítima. El porcentaje de incautaciones en nuestro continente aumentó un 89% entre 2015 y 2021.
“El capitán del barco nunca sufre por pescados”
Por eso jugamos a los barcos con Saucedo. Primero navegamos por el mapa con el dedo a lo largo de la “ruta africana”, siguiendo los suministros de cocaína del cártel de Sinaloa. Se produce en Sudamérica y viaja desde los puertos de Venezuela, Guayana Francesa y Brasil a través del Océano Atlántico hasta países de África Occidental y el Golfo de Guinea (como Senegal, Malí y Costa de Marfil). Luego, a través del inestable “corredor del Sahel”, hasta Marruecos, Argelia y Libia, que son los almacenes. A continuación, la droga se envía a España o Italia, y de ahí al comercio minorista en Europa.
La segunda ruta “atlántica” parte de los puertos mexicanos, incluido el de Veracruz, controlado por el cártel de Jalisco, y llega directamente a los puertos de Amberes, Rotterdam y Hamburgo, desde donde la droga se distribuye por toda Europa.
Obviamente, hay más de estas rutas marítimas; los puertos de salida y destino cambian, al igual que las formas en que se camufla la droga. ¿Por qué son tan populares las rutas marítimas?
Imaginemos que un portacontenedores mediano puede llevar 8.000 contenedores a bordo. Una vez que el contenedor pasa la aduana en el puerto de entrada, puede transportarse a cualquier lugar de Europa sin más controles aduaneros.
Supongamos que hay cuatro contenedores a bordo de un barco de Veracruz a Amberes cargados por el cártel de Jalisco. Los importadores trabajan con la llamada mafia portuaria en el puerto de destino. Su tarea consiste en “sacar” la mercancía del contenedor en el puerto de transbordo. Hasta hace poco, el método más habitual era el del “tirón”. Se sacaban las bolsas de cocaína de los contenedores, que luego se sellaban con precintos falsos.
Pero según leo en el informe de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional titulado “Portholes” sobre los delitos cometidos por la mafia balcánica en los mares, las actividades de los servicios han obligado a los delincuentes a utilizar métodos más sofisticados.
Las mercancías se recogen cuando aún están en el mar o en los puertos, donde se soborna a los trabajadores de logística. Los mafiosos les señalan, por ejemplo, cuatro contenedores. Uno está cargado de plátanos con droga oculta en su interior, el segundo se llama “de salida”, que será controlado, y otros dos contenedores, a menudo aleatorios, tienen el papel de “caballos de Troya” y sólo pretenden confundir a los funcionarios de aduanas.
¿Qué posibilidades hay de que se encuentre el primero, lleno de droga, ya que, según informó Europol el año pasado, los servicios sólo son capaces de registrar el 2% de los contenedores que llegan a los puertos europeos?
“Soy el jefe de jefes, yo navego debajo del agua y también sé volar a la altura“
Los cárteles siguen buscando nuevas rutas y métodos. En 2022, los servicios españoles detuvieron una embarcación semisumergible, un “narcosubmarino” construido específicamente para el transporte de estupefacientes. También se habló mucho de un cargamento completamente legal de textiles impregnados de cocaína. En Europa, los especialistas la estaban recuperando en laboratorios de España y Holanda, por ejemplo.
“El cártel de Sinaloa lleva décadas perfeccionando las rutas hacia Europa, por ejemplo por la ruta de África Occidental. Pero, en mi opinión, los barcos submarinos con droga enviados a Europa y los aviones fletados desde África ofrecen a los cárteles los mayores beneficios. Son los métodos más fiables. Pero también se han utilizado cajas magnéticas fijadas en la parte inferior de las quillas de los buques de carga. Las recuperaban buzos especializados”, me dice el Doctor Robert Bunker, antiguo profesional de la seguridad internacional y la lucha antiterrorista en el Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos, actualmente empleado de C/O Futures, LCC, una consultora especializada en estrategias.
En el caso del fentanilo ligero, pueden utilizarse pasajeros de líneas aéreas, es decir, “mulas”, o pueden enviarse envíos postales regulares a España y otras ciudades europeas. En cualquiera de los dos casos, basta con que un cierto porcentaje no sea inspeccionado para que el tráfico sea rentable.
Según los análisis del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, el papel de los aviones privados que vuelan directamente desde Sudamérica y el Caribe aumentará en el tráfico de estupefacientes en un futuro próximo.
Una de las operaciones de los servicios italianos reveló que mafiosos de Sinaloa planeaban empezar a operar en Catania, en Sicilia. Junto a la ciudad turística se encuentra un pequeño aeropuerto internacional, en el que debían aterrizar avionetas procedentes de América Latina, obviamente después de repostar en África Occidental. El vuelo de prueba fue vigilado por los servicios y los narcotraficantes de Sinaloa cayeron en una emboscada.
El Doctor Bunker señala que las alianzas con bandas locales encargadas de secciones específicas en el Viejo Continente, como la descarga de estupefacientes, la selección, la distribución y la venta al por menor, desempeñan un papel clave en el narcotráfico contemporáneo.
“La subcontratación es bastante activa”, subraya el académico. “Permite a los grupos de delincuencia organizada explotar de forma rápida y empresarial las cambiantes condiciones operativas y del mercado”.
“Cuidando el territorio, mi power es notorio”
Este tipo de alianzas funcionan desde hace años. Los importadores mexicanos de cocaína trabajan con miembros de las “mafias portuarias”. Suelen ser trabajadores de origen marroquí (casos confirmados en los puertos de Rotterdam y Amberes). A continuación, el negocio pasa a manos de bandas procedentes de los Balcanes, principalmente de Serbia, Montenegro y Albania.
“En el caso de la cocaína, se encargan de todas las fases de la cadena de suministro y distribución: desde la compra de los lotes en las plantas de producción hasta la recepción de la droga en los puertos holandeses y belgas. Desde el transporte hasta el destino en vehículos especialmente modificados hasta la siguiente etapa del tráfico de drogas en Italia”, leo en el informe del Departamento de Seguridad Pública del Ministerio del Interior italiano.
El informe afirma que Italia “ya es uno de los puntos de tránsito de la cocaína hacia los mercados de consumo europeos”. Los autores tienen razones para creer que se ha abierto una nueva “ruta mediterránea”: los cargamentos procedentes de puertos italianos se transportan a puertos de Albania e incluso de Grecia. Y aquí también aumenta el papel de las mafias balcánicas, “especialmente los albaneses y los serbios montenegrinos”.
Sin embargo, el papel clave en todo el sistema de alianzas lo desempeña la ‘Ndrangheta calabresa, que está aliada no sólo con los cárteles mexicanos, sino también con los sindicatos del crimen de los Balcanes, la mafia turca y las bandas de los países norafricanos que operan en la UE.
Leo en el informe que la mafia actúa como una especie de “cámara de compensación regional”: “garantiza las mejores condiciones para las compras, mantiene relaciones con las organizaciones criminales locales y gestiona el comercio ilegal desde el punto de origen hasta el de destino”.
En otras palabras, vela por los intereses de todas las partes y arregla cuentas, no sólo en el caso del narcotráfico, sino también en el del comercio de armas y migrantes. Y, lo que es importante desde el punto de vista mexicano, está creando nuevos canales en Oriente Medio, África Occidental y las antiguas repúblicas soviéticas para blanquear miles de millones de dólares procedentes de negocios ilegales.
En pocas palabras: la ‘Ndrangheta dicta las condiciones en el mercado europeo.
En marzo, Alfredo Mantovano, subsecretario de Estado del Gobierno de Giorgia Meloni, admitió que la mafia calabresa ya estaba probando el mercado del fentanilo en Europa.
“La goma de opio fue la que me abrió la puerta, soy el único que tiene la receta”
Puede que en Europa, tras haber aprendido de la experiencia estadounidense con el fentanilo, estemos cometiendo un error. Cuando pensamos en el tráfico ilegal de drogas, imaginamos imágenes de cocaína descubierta en cajas de plátanos o cocaína confiscada por los servicios en buques portacontenedores.
O tal vez no nos amenazan las exportaciones de la droga producida en México, sino, para utilizar el lenguaje empresarial, las exportaciones de recursos humanos y conocimientos técnicos.
Esto es con lo que Canadá está luchando hoy en día. Según la periodista Katerina Szulc, el cartel de Sinaloa envía allí a su gente para instalar laboratorios.
Europa ya ha experimentado la exportación de conocimientos técnicos en el caso de la metanfetamina.
Se hacía llamar “Pablo Icecobar”, tomado del nombre de Pablo Escobar, un barón de la droga de Colombia, y de la palabra ice (hielo), nombre en argot de la metanfetamina cristalina.
Hace varios años, los servicios holandeses empezaron a seguir la pista de este mexicano de 40 años. Suministraba “cocinas” a por lo menos cuatro laboratorios de organizaciones delictivas holandesas. El más famoso es el “narco barco”, un bote hallado en Moerdijk en mayo de 2019.
Icecobar fue condenado y la red de laboratorios desmantelada, pero esta historia demuestra la tendencia.
Alrededor de 20 cocineros mexicanos fueron detenidos en Europa solo en 2019-2020, después de haber traído la tecnología de producción de metanfetamina extremadamente fuerte al Viejo Continente.
Este fenómeno se intensificó a partir de 2010, mientras los latinoamericanos (también colombianos y dominicanos) eran empleados por las mafias locales. En mayo pasado, la policía española se incautó de 1,8 toneladas de metanfetamina cristalina que el cártel mexicano de Sinaloa intentaba vender en Europa. Fue la “mayor incautación de la historia” de este estupefaciente. Uno de los detenidos era mexicano.
Según Vanda Felbab-Brown, experta estadounidense en crimen organizado internacional, los cárteles mexicanos operan no sólo en Holanda y Bélgica, sino también en Italia, Portugal, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Irlanda, Serbia, Albania, Rumanía, Eslovaquia, Turquía y, por último, en España.
“Tienen numerosos distribuidores potenciales (…). Al igual que en Estados Unidos, podrían empezar a añadir fentanilo a la cocaína y la metanfetamina para atraer a los consumidores europeos”, escribió la experta en un informe para la Brookings Institution, un think tank con sede en Washington.
¿Qué cantan los narcos en Podlasie?
A principios de septiembre me enteré por mi fuente en México de que los cocineros mexicanos también habían llegado a Polonia. Tres semanas después, agentes del Departamento de Delincuencia Organizada para las Drogas de la Oficina Central de Investigación de la Policía descubrieron una fábrica de metanfetamina en un pueblo de Podlasie. La dirigían cuatro mexicanos del estado de Sinaloa. Escribí sobre esto al informador. Me contestó con una sonrisa: “Ya están en todos los rincones de Europa”.
Sólo este año se han cerrado más de 40 plantas similares en Polonia.
La producción de drogas sintéticas en el Viejo Continente aumentó más de un 400% entre 2010 y 2020. Según Europol, la producción y el comercio de drogas sintéticas se ha expandido desde los Países Bajos y Bélgica hasta Europa Central y Oriental. En el informe ya citado de los servicios italianos, leo que está aumentando el número de laboratorios “combinados” en la UE. Se trata de laboratorios utilizados para la producción de heroína y drogas sintéticas, para la transformación de precursores y para la extracción de cocaína. Sólo en 2021 se incautaron 434 laboratorios de este tipo en Europa.
En julio, “El Español” informó que un cártel de Jalisco opera en España desde hace un año. Sus miembros llegaron a montar laboratorios de fentanilo en la llamada Laponia europea, las regiones despobladas del país.
En Europa, los narcos no son tan visibles como en México: no hacen alarde de su riqueza, no exhiben sus autos, buscan pueblos y casas abandonadas para producir droga lejos de las miradas de los vecinos y de los servicios.
En Europa “nunca verás a cinco mexicanos en un auto, vestidos elegantemente y escuchando narcocorridos”, dice uno de los informantes de Julio Aguilar, autor de un artículo en “El Español”.
“En Europa, por supuesto, hay ‘cocinas’ domésticas de bajo nivel. Es difícil montar laboratorios profesionales de fentanilo. ¿Es este un escenario posible para Europa? No en este momento. Pero dentro de 10 años podría ser una amenaza”, me dice Saucedo, que es moderadamente optimista. “Esto no es México, donde los cárteles pueden contar con la cooperación de la policía. No pueden sentirse tan seguros aquí. Después de todo, son invitados en este campo de juego. Y tendrían que obtener precursores. ¿Cómo? ¿De dónde?
Más sobre eso en el próximo episodio de mi investigación.
*Utilicé citas de narcocorridos en los títulos de las secciones.
*El apodo del personaje principal y ciertos datos han sido cambiados por razones de seguridad.
*Este reportaje fue elaborado gracias a la cooperación del fixer mexicano Miguel Ángel Vega, a quien agradezco por sus consejos y ayuda in situ.
Este reportaje fue realizado con el apoyo de Journalismfund Europe
Este reportaje fue realizado con el apoyo de la Fundación para la Cooperación Polaco-Alemana