BERLÍN, Alemania.- Juan de Dios Núñez Barojas desapareció la noche del viernes 28 de abril de 2017 en el municipio de Palmar de Bravo, Puebla, México. Tenía 23 años y estaba a punto de casarse. La vida de Maria Luisa, su madre, cambió desde ese instante. Los siguientes cinco años, a partir de ese momento, no hubo día en que no buscara rastros, datos o indicios que la llevaran a dar con el paradero de su hijo mayor.
La desesperación de sentirse sola en la búsqueda -ante una autoridad pasiva y negligente, como ella misma lo dice- la hicieron fundar un colectivo que aglutinara a familiares de los cientos de desaparecidos que desde ese 2017 comenzó a haber en Puebla. En un inicio eran sólo dos madres que buscaban a sus hijos desaparecidos y hoy el colectivo Voz de los Desaparecidos en Puebla está integrado por más de 100 familias.
Y aunque después de 5 años de la desaparición, Maria Luisa volvió a tener a Juan de Dios consigo y logró saber lo que pasó con él gracias a sus propias pesquisas -fue levantado por un comando, ejecutado y su cuerpo arrojado a un pozo de 22 metros de profundidad-, la vida de esta incansable mujer no ha vuelto a ser la misma.
Su compromiso como cabeza del colectivo que fundó en 2018 la trajo hasta Alemania en una gira de trabajo con dos objetivos concretos: visibilizar la crisis de desaparición forzada que se vive en México desde hace años y hacer una denuncia publica internacional en contra del Estado Mexicano por su omisión, inacción, y simulación respeto al problema.
Junto con Maria Luisa llegaron también Itzel Sánchez Martínez y Arturo Muñoz Rodriguez, integrantes del colectivo Técnicas Rudas, para presentar el proyecto Narrativas y Memorias de la Desaparición en México y el documental Cartas para un porvenir, que aborda el tema de la infancia también víctima de la desaparición forzada en el estado mexicano de Puebla.
Con mensajes potentes y al mismo tiempo llenos de emotividad los defensores de derechos humanos tuvieron su primera parada en Berlín, en el festival de cine comunitario Ojo al Sancocho.
“En México, el gobierno y la sociedad tiende a criminalizar y revictimizar a los desaparecidos y a sus familias. Si son mujeres dicen ‘seguro se fue con el novio’. Si son hombres: ‘seguro anda en malos pasos, son ajustes de cuentas y por eso los desparecen’ (…) Aquí en Alemania queremos llegar a la conciencia de las personas, decirle a la gente que ni ellas ni ellos (los desaparecidos) son criminales, que no se lo buscaron, que no es su culpa, (sino) la responsabilidad del Estado, de un gobierno que no les garantiza a los ciudadanos su seguridad y por eso desaparecen”, explicó Maria Luisa Nuñez Barojas al auditorio que atento escuchó.
“Como sociedad tenemos que buscarles. Las desapariciones no son normales, quebrantan a la familia, al entorno y a la sociedad. Porque cuando un ser querido desaparece, dejamos nuestra vida normal, la hacemos a un lado para enfocarnos a una nueva actividad que es la de la búsqueda y sin querer nos volvemos defensores de derechos humanos”, profundizó.
” Y sin quererlo, ni pensarlo, ni ser un proyecto de vida, un día estamos al otro lado del mundo buscando, como hoy me ha pasado a mí”.
Maria Luisa Núñez Barojas
Para Itzel Sánchez la oportunidad de visitar Alemania y dar a conocer el proyecto que, como su nombre lo dice, busca generar nuevas narrativas sobre la desaparición lejos del discurso criminalizador que durante muchos años privó, es importante para visibilizar y sensibilizar sobre el tema.
“Creemos que es muy importante que en cada espacio, rincón, plaza se hable de la desaparición de personas en México pero que no sólo quede en México porque en México existe mucha represión, hay un intento de silenciamiento a los familiares, hay una sordera tremenda”, denunció en charla con Underground Periodismo.
El proyecto Narrativas y memorias ha sido una especie de laboratorio en el que las y los familiares de las personas desaparecidas han podido canalizar su sentir frente al dolor, la desesperación, impotencia, enojo y demás sentimiento generados por el golpe de una desaparición. A través de la música, poesía, bordado y creación de muñecas los familiares quieren dar otro rostro, uno humano, a este crimen que no cesa en México.
Tanto Itzel como Maria Luisa y Arturo portan colgado de sus cuellos -en cada una de sus intervenciones- el retrato de Nadia Guadalupe Morales Rosales, una joven poblana que desapareció el 26 de octubre de 2017 cuando tenía sólo 17 años de edad y a quien sus padres no han dejado de buscar.
Maria Luisa explica que es altamente probable que Nadia Guadalupe haya sido víctima de una red de tráfico de mujeres y por lo tanto es factible que la joven se encuentre viva en cualquier parte del mundo. Así que en este viaje por Alemania pide que su rostro e identidad se visibilice en nombre de tantas mujeres jóvenes que también han desaparecido.
“Esta es también una oportunidad muy importante para buscar aquí a Nadia y a las mujeres mexicanas que están desaparecidas y que pudieran inclusive haber pasado por este país siendo víctimas de las redes de trata con fines de prostitución. Que ellas sepan que en México, sus familias las están buscando, que los colectivos las estamos buscando”, señala en entrevista con Underground Periodismo.
Los activistas mexicanos llegaron a Alemania gracias a una invitación de la Oficina Ecuménica por la Paz y la Justicia de Múnich y gestionada desde la Coalición alemana Contra la Desaparición Forzada, y luego de Berlín visitarán las ciudad de Leipzig, Hamburgo, Hannover y Múnich.
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