Y la culpa no era mía

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A finales del 2019 cuatro jóvenes chilenas, integrantes del colectivo Las Tesis, realizaron un performance que le dio la vuelta al mundo. Un violador en tu camino se viralizó en redes sociales y cientos de miles de mujeres en todo el mundo lo replicaron. En marzo de 2020 llegaron hasta Berlín las cuatro integrantes del colectivo para participar en la manifestación del 8 de marzo de ese año, en lo que fue la última gran demostración en la capital alemana antes de la pandemia. Underground Periodismo Internacional charló con ellas en aquella ocasión y recuperamos en esta fecha esta entrevista inédita.

BERLÍN, Alemania.- Fue el 25 de noviembre de 2019, sin siquiera intuirlo, el día en que comenzó a cambiarles la vida. Era el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y el colectivo integrado por estas cuatro jóvenes chilenas oriundas de Valparaíso, presentó junto con otras 2 mil mujeres su performance frente al Palacio de los Tribunales de Justicia en Santiago, la capital chilena.

En cuestión de horas el vídeo de la escenificación – que apunta con un canto y coreografía peculiar la violencia machista contra la mujer desde el Estado – fue reproducido cientos de miles de veces en las redes sociales. Pocos días después, mujeres de todas partes del mundo comenzaron a organizarse para replicarlo: en Colombia, México, Ecuador, Francia, Alemania, India, Marruecos… Y así comenzó una bola de nieve que no para. La bandeja de su correo electrónico se saturó de peticiones de todo el mundo para saber quiénes son las jóvenes creadoras de Un violador en tu camino, que desde entonces se ha convertido en una especie de himno del feminismo.

“Todavía es todo un poco surrealista y nos cuesta asimilar o comprender en su totalidad lo que sucede”, reconoce con una sonrisa tímida, Daffne Valdés Vargas. Y aunque señala que sin duda la parte buena de la historia es que la performance se ha escuchado en muchos rincones del planeta, ello conlleva también una parte negativa: darse cuenta que el problema de la violencia contra la mujer es transversal y rebasa fronteras y culturas.

“Para nosotras la intervención era muy local: habla de nuestra realidad, de nuestro contexto, de nuestra ciudad, de nuestro país. Entonces cuando vimos a tantas mujeres de tantas ciudades del mundo salir a la calle, a parte de ser increíble, nos dimos cuenta de que lo que nos pasa a nosotras les pasa a muchas más y eso es terrible”, dice.

Invitadas por la fundación Rosa Luxemburg, vinculada al partido alemán de La Izquierda, y la casa de producción internacional HAU, que apoya el arte escénico independiente, Las Tesis llegaron hasta Berlín, Alemania, para participar en la marcha del 8 de marzo de 2020 con motivo del Día Internacional de la Mujer, tomar parte en un conversatorio sobre la situación de la mujer en un contexto de violencia, presentar el performance Un violador en tu camino completo -la canción que le dio la vuelta al mundo sólo es una parte de una pieza que dura aproximadamente 15 minutos-, y dar un taller sobre feminismo, activismo y estrategias para la puesta en escena en pequeño formato.

Pese a la apretada agenda de trabajo, el cuarteto de artistas accedió a charlar con la periodista. Dos días después del encuentro, uno de los eventos en los que participaron tuvo que realizarse sin público y ser transmitido en vivo en internet debido a la emergencia por Coronavirus ya crítica para ese entonces en Alemania y el resto de Europa.

Las Tesis

Sibila Sotomayor Van Rysseghem, Daffne Valdés Vargas, Paula Cometa Stange y Lea Cáceres Díaz, todas nacidas en 1988, provienen de contextos sociales y económicos muy variados. Lo que las une, además de una amistad sólida, es su pasión por el arte y la convicción de que el pensamiento feminista debe llegar hasta la mayor cantidad de gente posible.

“En nuestras experiencias de vida hay absolutamente de todo: desde migraciones forzadas e ilegales, exilio, hasta abandono materno y paterno, aborto, maternidad temprana…de todo”, confiesa Sibila en la entrevista realizada en el hotel donde se hospedaron.

El hecho de haber enfrentado situaciones adversas de vida, como muchas mujeres en el mundo, además de haber tenido acceso a cierta información que les brindó su formación universitaria las hizo sentir la responsabilidad de difundir teoría feminista.

“El ser conscientes, desde lo cotidiano, sobre los privilegios que como mujer no tenemos nos hizo esforzarnos por trabajar difundiendo la teoría feminista porque además es algo con lo que todas las mujeres en algún momento nos topamos. El feminismo es así, se vive en lo cotidiano y en la práctica más allá de si lo conoces teóricamente o no. Es algo que se te cruza durante toda la vida, en distintas instancias y después vas siendo consciente de ello y le pones un nombre”.

Continúa: “En distintos momentos de nuestras vidas cada una de nosotras tuvo ese acercamiento (con el feminismo) y nos dimos cuenta de la necesidad de que esto se difundiera, se conociera y la gente se enterara de ello. Así que tomamos la decisión de difundirlo lo más posible desde la manera en como nosotras lo hacemos, que es a través del arte”.

Así, desde hace tres años estas cuatro porteñas decidieron conformar un colectivo que desde las artes escénicas, el diseño de vestuario y la historia se da a la tarea de estudiar tesis feministas y trasladarlas a un formato visual, sonoro y corporal para hacerlas llegar, digeridas y en forma masiva, a las mujeres y hombres. De ahí, el nombre de Las Tesis.

La primera tesis que trabajaron fue la de la feminista italiana Silvia Federici vertida en su libro Calibán y la Bruja. Un violador en tu camino, su segunda obra, se inspiró en el trabajo de la antropóloga argentina Rita Segato y durante más de un año fue pulido y trabajado por las artistas chilenas.

Dice un extracto del himno feminista que ha sido traducido y adaptado a más de 15 idiomas: “Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía. El violador eres tú. Son los pacos (la policía chilena), los jueces, el Estado, el presidente. El Estado opresor es un macho violador”.

Satisfechas por el alcance que ha tenido, asumen que su trabajo no sólo ya no es de ellas sino que ahora que el feminismo ha tomado impulso en todo el continente, desde Estados Unidos hasta Chile pasando por México, no se debe bajar la guardia.

“Nuestro trabajo es colectivo y ya lo entregamos. Lo que pasó con nuestra intervención ya está en manos de todas y todos quienes quieran seguir usándolo para demandar, interpelar y acusar a todos aquellos actores que han perpetuado la violencia”, señala Paula Cometa Stange.

-¿Cuáles creen ustedes que son los pendientes más importantes por resolver en estos momentos de extrema violencia contra las mujeres?

– Todas las pequeñas luchas con cambios puntuales y específicos, como la batalla que se está dando ahora mismo en Chile por la ley del aborto para que sea legal, seguro y gratuito, son importantes; igual la lucha global contra la desigualdad, la propia violencia, o la posesión de nuestros cuerpos, ataja Sibila Sotomayor.

Sin embargo, para Las Tesis la base del problema va más allá: “Creemos que se ubica en el patriarcado y lo ideal sería acabar con esa base patriarcal. Sabemos que es lo más complejo y difícil de realizar porque es un asunto cultural y para lograrlo se requiere una reforma absoluta de la sociedad. Pero estamos convencidas de que para que haya un cambio eso debe pasar”, dice convencida Sotomayor Van Rysseghem.

Daffke Valdés interviene entonces: “Justamente los cambios culturales son los más difíciles de realizar porque es apelar a la conciencia de todas las personas. En Chile luego de mucho tiempo y lucha se logró la ley de aborto por tres causales. Pero una vez que se pone en vigencia no es viable porque hay regiones y sectores del país en donde doctores y profesionales de la salud son objetores de conciencia. Entonces este derecho que se logró por la vía institucional, en la práctica no es posible porque no hay un cambio cultural, ni de educación ni de crianza”.

Educar e informar a través del arte es el camino que estas cuatro artistas descubrieron para cumplir con la responsabilidad que, dicen, asumieron de manera voluntaria.

“Sin duda el arte tiene un gran potencial y es una bomba de información para que la gente piense. El arte es y será por siempre un movilizado social que te hace pensar y ver la realidad desde otro ángulo. Para mí es fundamental la transmisión de la información que podemos lograr sobre todo a aquellas masas que tienen menor estímulo”, señala por su parte Lea Cáceres Díaz, quien es diseñadora y se encarga del diseño y costura del vestuario del colectivo.

Con el reconocimiento que han alcanzado a nivel internacional, Las Tesis están suficientemente motivadas para seguir aterrizando teorías feministas en el terreno de lo simple y accesible. Aunque ello implique un esfuerzo doble para todas. Y es que, aseguran, trabajan desde la precariedad, pues como artistas no pueden darse el lujo de dedicar el cien por ciento de su tiempo trabajar como colectivo. Para subsistir, pagar rentas, alimentación y demás gastos todas tienen trabajos paralelos: Lea diseña vestuarios y ropa; Cometa, Daffne y Sibila son profesoras de secundaria, primaria y universidad, respectivamente. Hasta antes de noviembre del año pasado se juntaban una vez a la semana para crear en el colectivo. Ahora, Las Tesis les consume el 80 por ciento de sus tiempo, sino que eso signifique que hayan dejado de lado sus otras obligaciones.

-¿Cuál es el mensaje para los cientos de miles de mujeres que salieron a las calles el pasado 8 de marzo y reprodujeron Un violador en tu camino en sus ciudades como muestra de hartazgo ante la violencia que se ejercer en su contra?

-Que no bajen la guardia. Que sean majaderas, irreverentes, que aprovechen las redes que se han formado e insistan. Y sí, es cansado y agotador estar todo el tiempo luchando con los micromachismos que están dentro de nuestro cotidiano, pero las invitamos a no soltar la lucha en lo cotidiano y visibilizar tanto la violencia explícita como aquella invisible que se cuela en los procesos de vinculación. No lo acepten más. Hay cosas que simplemente ya no pueden ser, concluye Sotomayor Van Rysseghem.

DETRÁS DE LA HISTORIA

Hace exactamente un año, cuando la pandemia ya tocaba las puertas de Alemania y ya se había instalado de plano en el resto de Europa, las integrantes del colectivo Las Tesis llegaron hasta Berlín para participar en una serie de eventos, entre los que se encontraba un taller y una conferencia magistral. Cuando me enteré de ello intenté contactarlas para pedirles una entrevista pero fue inútil: sus correos estaban saturados y no contaban con un contacto de prensa visible. Pero durante la manifestación del 8 de marzo, el último de los eventos masivos en la capital alemana antes de que el gobierno decretara el confinamiento, me topé con ellas y amablemente accedieron a darme una entrevista.

La cita fue al día siguiente, en el lobby del hotel donde se hospedaban. Charlamos durante casi una hora y todavía estaban en el proceso de asimilar el tsunami que habían provocado con la performance Un violador en tu camino. Al día siguiente de nuestro encuentro el gobierno encabezado por Angela Merkel decretó las primeras medidas de confinamiento y su evento tuvo que realizarse online, sin público. Nadie se imaginaba en ese marzo lo que nos depararía durante el resto del año.

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