Crímenes de Bucha: nueve soldados rusos condenados y vienen más juicios

Bucha tras la ocupación rusa. Foto: Cristopher Rogel / Underground Periodismo Internacional

A finales de agosto, el tribunal de la ciudad de Irpin declaró a nueve soldados rusos culpables de crímenes de guerra cometidos en Bucha, en la región de Kiev, en marzo de 2022. Este juicio en rebeldía fue el primero que se celebró tras las investigaciones llevadas a cabo en Ucrania sobre los crímenes cometidos en Bucha y que conmocionaron al mundo. Otros procedimientos están en curso y se espera un nuevo juicio en breve (ver recuadro), esta vez en presencia de soldados rusos. Con la debida autorización, Underground Periodismo Internacional reproduce en español el texto que sobre este tema publicó el pasado 15 de septiembre el portal suizo Justice Info.

Por Olena Zhezhera desde Ucrania


Un grupo de nueve militares de la Federación Rusa que cometieron actos de violencia contra un civil residente en Bucha (al norte de Kiev, la capital ucraniana) -manteniéndolo cautivo, atándole las manos, vendándole los ojos con cinta adhesiva y golpeándolo- fueron condenados en rebeldía (en ausencia) en un juicio celebrado a finales de agosto en la cercana localidad de Irpin.

Tras dos meses de investigaciones y diligencias preliminares, se estableció que los nueve soldados rusos -Vasily Knyazev, Mikhail Kashin, Vyacheslav Lavrentiev, Semyon Maltsev, Grigory Naryshkin, Sergey Peskarev, Albert Radnayev, Dmitry Sergienko y Andrey Bizyaev-, que cruzaron la frontera ucraniana después del 24 de febrero de 2022, detuvieron e interrogaron repetidamente a un civil de Bucha, que trabajaba como reparador de electrónica, para arrancarle información sobre posiciones del ejército ucraniano.

“Los soldados rusos se llevaron repetidamente a la víctima (…) y lo retuvieron contra su voluntad en uno de los pisos del complejo residencial Parkova Oselya en Lisova Bucha, haciéndole pasar hambre y golpeándolo. Más tarde fue puesto en libertad, pero en otras dos ocasiones fue interrogado por soldados rusos diferentes. Según la víctima, sospechaban que ayudaba a las fuerzas armadas ucranianas como técnico electrónico”, explica Serhiy Shubchyk, de la fiscalía de Irpin.

Según el fiscal, la víctima (cuya identidad está protegida) reconoció a los soldados rusos que le torturaron por una foto. Se identificaron sus contactos, números de teléfono, nombres y apellidos, lugares de trabajo y cuentas en redes sociales, explicó. Los sospechosos fueron informados del proceso por el Boletín Oficial y la Fiscalía General, pero ninguno de ellos compareció ante el tribunal. Abogados de oficio les representaron en el juicio. Según uno de los abogados, Yuriy Myshko, no pudieron ponerse en contacto con los militares rusos y sus familiares para presentar su defensa adecuadamente.

“Tras intentar contactar con los acusados a través de las redes sociales, sus cuentas desaparecieron, no sólo las suyas, sino también las de sus familiares. La defensa hizo todo lo posible por representar correctamente a los acusados. Durante la vista, presenté un recurso a discreción del tribunal, ya que desconocía la posición de mis clientes”, dijo Myshko, uno de los abogados de los acusados.

Según el registro público de resoluciones judiciales, el tribunal de Irpin declaró a los nueve militares de la Federación Rusa culpables de cometer un delito tipificado en el artículo 438 (“violación de las leyes y usos de la guerra”). Condenó al comandante del ejército ruso Andrey Bizyaev, que dio las órdenes criminales, a 12 años de prisión; a Dmitry Sergienko, Semyon Maltsev, Mikhail Kashin y Vasily Knyazev a 11 años y 6 meses de prisión, y a los demás soldados rusos a 11 años de prisión.

La única fuente directa de pruebas en este caso fue el testimonio de la víctima, que se examinó minuciosamente durante el juicio y se consideró coherente y lógico. No se encontraron diferencias significativas entre su testimonio y el de la acusación durante la vista, concluyó el tribunal al término de un proceso que duró seis meses.

¿Cómo se cumple la condena?

Los delincuentes condenados deben cumplir su pena desde el día de su detención. Pero mientras estén en Rusia, existen mecanismos para llevar a los delincuentes ante la justicia, explica el fiscal: “En primer lugar, es necesario divulgar correctamente la sentencia y, con ayuda de la cooperación internacional, si salen de su país, será posible detenerlos y trasladarlos al país donde fueron condenados. Es la forma más eficaz y eficiente, pero sólo funciona si cruzan la frontera”, explica Shubchyk.

A consecuencia de las heridas infligidas por los militares rusos, la víctima perdió parcialmente la vista y sufrió una lesión en la pierna. La fiscalía le ha aconsejado que interponga una demanda civil y reclame una indemnización por daños morales y materiales, basándose en el veredicto del tribunal.


EJECUCIÓN DE LOS “HOMBRES DE NEGRO” EN BUCHA: HABLA UN SOSPECHOSO RUSO

El servicio de seguridad ucraniano sospecha que militares rusos de la 76ª división de asalto aéreo cometieron crímenes de guerra, con el agravante de premeditación, en la localidad de Bucha (al norte de Kiev, la capital ucraniana). Los primeros sospechosos son el comandante de artillería Dmytro Antonnikov, nacido en 1996; el especialista en inteligencia Ruslan Gorshkov, nacido en 2003; el segundo comandante de pelotón Denis Monakhov, nacido en 1997, y Artem Derkach, nacido en 2003, natural de Donetsk, que ocupa el cargo de artillero principal. Según la investigación, estuvieron presentes en Bucha, en la región de Kiev, del 27 de febrero al 30 de marzo de 2022.

El 27 de febrero, los soldados de un vehículo artillado autopropulsado 2S9 Nona-S circulaban por la calle Vokzalna en dirección al cruce con la calle Nove Shosse. Según el fiscal, mientras el convoy se encontraba en la carretera, el oficial superior de la batería, Vadim Tsvetkov, ordenó a sus subordinados que consideraran enemigos a todos los civiles vestidos de negro.

Pocos minutos después, cerca de una tienda Novus, los rusos vieron a un civil desarmado que trabajaba como guardia de seguridad y vestía uniforme negro. Abrieron fuego. El hombre recibió una bala perforante en el pecho, que le causó daños en el pulmón derecho y una importante pérdida de sangre. Los soldados siguieron conduciendo por la ciudad y la víctima murió en el sótano de la tienda dos horas después.

En enero de este año, los medios de comunicación rusos informaron de que Tsvetkov, un oficial de la región de Tver, “murió en la zona de la operación especial en Ucrania”. Pero en febrero, otro participante en el tiroteo contra el agente de seguridad, Nikolai Kartashov, fue capturado por las fuerzas armadas ucranianas en la región de Kharkiv. En agosto, el Ministerio del Interior informó a Kartashov de sus sospechas. En el comunicado se afirmaba que el prisionero había testificado crímenes de guerra cometidos por soldados de su unidad.

Según la prensa rusa, Kartashov había sido condenado a libertad condicional por deserción en Rusia el pasado diciembre. Después fue enviado de nuevo a combatir en Ucrania y fue capturado. Por este crimen de guerra, Kartashov se enfrenta a una pena de prisión de entre 15 años y cadena perpetua.

Este artículo forma parte de nuestra cobertura de la justicia por crímenes de guerra producida en colaboración con periodistas ucranianos. Una primera versión de este artículo se publicó en los sitios web “Sudovyi Reporter” y “Kotsyubynske“.

AQUÍ PUEDES LEER EL TEXTO ORIGINAL (EN FRANCÉS)

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